La Agencia Estatal de Meteorología, en su avance climatológico de Canarias del pasado mes de febrero, establece que las temperaturas alzaron al periodo entre los tres más cálidos de la serie histórica, junto con los de 1998 y 2010, pero así con todo, vivió de manera algo más suave esa anomalía, ya que mientras en el Archipiélago los valores estuvieron 2,3 grados centígrados por encima de la media, en Europa alcanzaron los 3,9 grados centígrados.

Por eso determina que febrero de 2020 ha sido muy cálido o extremadamente cálido, "con notables anomalías positivas, especialmente en medianías y en zonas altas".

Detalla que "las temperaturas, muy por encima de los valores normales desde el principio, fueron especialmente anómalas en los periodos de los días 1-5, 13-14 y 23-25, observándose en este último máximas de más de 33 grados en La Aldea y Guía de Isora, y de más de 30 grados" desde el litoral hasta alturas de 750 metros sobre el nivel del mar.

También subraya las noches tropicales vividas en Adeje, Tasarte y Mogán, donde se alcanzaron los 25,7 grados el día 23.

A estas efemérides la agencia suma las que tienen que ver con las temperaturas superficiales del agua del mar, que rondaron entre los 18 y los 20 grados en el área de Canarias, por encima de los valores normales en estas latitudes.

Al calor se añade la calificación de este febrero como un mes muy seco, "que acentuó todavía más el ya de por sí notable déficit de precipitaciones del año hidrológico" en las islas, fruto de un escaso tránsito de las habituales perturbaciones de la época.

La Aemet describe que tan solo dos de ellas incidieron en el archipiélago, "el paso de una vaguada los días 4 y 5, que apenas dejó precipitaciones, y la dana que, descolgándose de una vaguada el día 19, transitó hacia Canarias desde el sureste peninsular, en movimiento retrógrado, generando una extraordinaria intrusión de calima y algunas precipitaciones débiles, de barro el día 24". Para añadir que "el único episodio de cierta relevancia se originó el día 9 por acción del alisio, que dejó lluvias poco abundantes en el 20 por ciento de las estaciones".

Para ilustrar con cifras esta escasez de lluvias hay que resaltar que la máxima precipitación registrada durante el mes fue de apenas 7,6 litros por metro cuadrado en Teror.

Fue un cambio de lluvias por vientos, ya que esas dos perturbaciones que cita la Aemet trajeron consigo dos importantes temporales de viento, "nada infrecuentes en los meses de febrero". La más importante incidió los días 22 y 23, en las vertientes oeste y norte de todas las islas, "con rachas muy fuertes en el 68 por ciento de las estaciones, y huracanadas en las cotas superiores", de tal forma que ese temporal, "fue uno de los de mayor magnitud de los diez últimos febreros, junto con los de 2010 y de 2017 y 2018".

Y a pesar de que los primeros veinte días fueron muy soleados, siempre según la misma fuente, los vientos del sureste también "desencadenaron una intrusión de calima durante los días 22-25 que afectó completamente al archipiélago en todas sus islas y altitudes, con reducciones de visibilidad por debajo de, como poco, 10 kilómetros, siendo las más intensas en los aeropuertos de Gran Canaria y Tenerife sur. Hay registros de ocho intrusiones de semejantes características desde 1981, tres de ellas en meses de febrero [1989, 2000 y 2020], algunas de las cuales resultaron ser más persistentes, duraron más tiempo, pero en ninguna de ellas se produjo una reducción de la visibilidad tan acusada como en esta de 2020.