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Honores y Distinciones | Roque Nublo Turístico

Luis Aldai: "Para hacer buenos paisajes hay que caminar mucho y preguntar a la gente"

"Creo que en Gran Canaria se mantiene casi igual, porque el urbanismo se compensa con un aumento del verde", señala el fotógrafo

Ángel Luis Aldai, en el tronco de un ficus gigante del Jardín Canario Viera y Clavijo. JOSÉ CARLOS GUERRA

Este galardón del Cabildo se veía venir porque es usted uno de los fotógrafos oficiales de la isla de Gran Canaria. ¿Cómo llegó a esta profesión?

De forma autodidacta, porque en aquellos años no se podía estudiar fotografía en ningún sitio. A mi me gustaba mucho el arte, pintaba, dibujada, y estuve en Madrid intentando estudiar cine y teatro. Allí entré a trabajar en una película como aprendiz, en Los tres mosqueteros de Richard Lester, con grandes actores como Richard Chamberlain, Michael York, Raquel Welch, Oliver Reed, Geraldine Chaplin, Faye Dunaway o Charlton Heston. Estaba de meritorio de maquillaje y asistente de fotografía. Lo mismo estaba para mover las cámaras y trípodes de un lado a otro como para llevar un café a los actores. Al final acabé cargando la película al director de fotografía, que era un señor mayor, y buscándole los encuadres. Y pensé que eso también lo podía hacer yo. Me fue gustando el mundo de la fotografía y al acabar la película regresé a Gran Canaria para dedicarme a ello.

¿Y cómo empezó aquí?

El camino más rápido para desarrollar la fotografía era el mundo del turismo. Aquí solo había fotógrafos de estudio. Y Fachico, que hacía cosas más artísticas, pero en realidad las personas con las que quise trabajar fueron los italianos Tullio Gatti y Alberto Fares, que fueron enviados por una compañía de Italia a desarrollar el destino turístico. Empecé como ayudante de ellos, con las imágenes de los primeros hoteles en el sur y los paisajes. De hecho, aún no estaba constituido el Patronato de Turismo tal como lo conocemos ahora, pues se creó en 1975. Tras un año y medio con los italianos, me independice y me creé a mí mismo como fotógrafo. Me dediqué a recorrer la isla para el Patronato, a tratar de dar una nueva visión de nuestro paisaje a los turistas, pues en aquella época lo único que se fotografiaba eran las Dunas de Maspalomas, la catedral y la playa de Las Canteras. También el Roque Nublo, pero siempre desde abajo, desde el coche. Yo buscaba una fotografía más de autor, un paisaje que no se había enseñado hasta entonces.

¿Cómo cuáles?

Tullio Gatti hacía fotos magníficas, pero tenía que diferenciarme, otro tipo de paisaje de acuerdo con mi sensibilidad y sentimiento. En 1982 hicimos para el Gobierno de Canarias la famosa foto de La Sorrueda, que entonces era un sitio desconocido, con la presa llena de agua, el palmeral y la isla. Algo sublime. Y también me planteé llegar hasta la base del Roque Nublo, que entonces solo tenía un caminito y no subía casi nadie. El Nublo es donde da la primera luz de la mañana, con un rojo espectacular. En las playa de Maspalomas teníamos la tendencia de sacarla con el mar azul y sin nubes, y a mí se me ocurrió ir a última hora de la tarde, cuando las dunas se marcan con sombras y tienen otro volumen. Y empecé a sacar los paisajes con algunas nubes, porque no son feas, le dan profundidad al espacio y forman parte de nuestro Norte, aunque las compañías turísticas nos decían que no querían nubes.

¿Cuál es su paisaje favorito de Gran Canaria?

Tengo varios, pero siempre he estado fascinado por las Dunas de Maspalomas. Vuelvo cada año, camino por ellas, siempre son nuevas, siempre se encuentra algo distinto.

¿Qué lugares le quedan por fotografiar?

De las Islas Canarias, ninguno. Tuve la suerte de que el Gobierno autonómico me encargó un archivo de todas las islas. Eso me permitió conocer a fondo el Archipiélago. Antes, en la década de 1970, ya había fotografiado islas maravillosas en aquellos tiempos, como Lanzarote, que era un paraíso de soledad, de luz y de paisajes extraordinarios. No tenía nada que ver con lo que hay ahora. He vuelto recientemente y me da mucha pena. Hay tantos turistas que ya no encuentras tranquilidad en ningún sitio. Por ejemplo, vas al Charco de los Clicos, intentado hacer una foto espectacular y de repente llegan cinco grandes guaguas de turistas y se bajan corriendo a hacerse un selfi. Ni siquiera se paran a ver y disfrutar el paisaje, sino que lo ven a través de la pantalla del teléfono móvil. Lo mismo en la Montaña del Fuego o las playas de Papagayo, que ahora están llenas de bares y las han destrozado, han hecho una cosa horrorosa. Fuerteventura mantiene el encanto porque es muy grande. En las demás islas ha pasado como en la nuestra. Aunque cada vez hay más turistas, hay que reconocer que en Gran Canaria, que yo la camino mucho, todavía se encuentran puntos de soledad, como los altos de Guía o zonas de la Cumbre.

El truco, entonces, es caminar mucho y perderse.

Sí. Caminar y preguntar a la gente. Si veo un pastor les paro a conversar y se sacan muchas cosas. El título de uno de mis libros, Aire de Agua, me lo dio un pastor de Fagagesto o Monte Pavón, de aquellos que iban con sus mantas. Me acerqué, le pregunté qué le parecía el día y me dijo que había "aire de agua". Ellos también te indican cómo llegar a sitios con encanto y a lugares desconocidos. Gran Canaria es suficientemente grande para encontrar la soledad que nos hace falta para crear.

¿Abusa mucho de la tecnología digital?

No, lo mínimo. Solo lo que hace falta. Edito la imagen digital con ciertos parámetros de luz, color y sensibilidad, poco más.

¿Cuál es la mejor hora del día para fotografiar los paisajes de Gran Canaria?

Habitualmente voy todo el día, pero me gustan más las tardes. Si salgo y está nublado, intento meterme en los bosques, porque la luz está más tamizada. El sol y la sombra da mucho contraste y los verdes no me gustan cuando hay tanto sol.

En su libro Tamarán , publicado en 1995, hay paisajes que ya han sido totalmente transformados por el hombre. ¿En qué ha cambiado la isla desde que empezó a hacer fotografías hasta ahora? ¿Era más bonita o más fea?

Creo que Gran Canaria se mantiene casi igual, porque el urbanismo se compensa con un aumento del verde. Si miramos fotos antiguas de Tamadaba, vemos que ahora los pinos son más grandes. La repoblación forestal también ha sido espectacular si subes a Los Pechos para la típica foto del Roque Nublo y el Bentayga con el Teide al fondo. Eso antes era un páramo.

Ha fotografiado las partes bonitas de Gran Canaria. ¿No se le ha ocurrido retratar también el feismo, las zonas deterioradas? Sí, y lo he hecho. Pero me interesa más como obra de autor, no la turística, que es la que me ha permitido vivir y trabajar mucho.

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