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Crisis del coronavirus La solidaridad en tiempos de pandemia

Máscaras Mamachicho

El grupo carnavalero diseña y manufactura pantallas protectoras para ayudar a paliar las carencias del personal sanitario

De izquierda a derecha, Natalia, Elena, Cristina y Marga, en el móvil, fabricando las pantallas protectoras. LP / DLP

Las cuarenta componentes del grupo del Carnaval Las Mamachicho, famosas por sus originales y vistosas fantasías carnavaleras y los numerosos premios que atesoran, están aplicando estos días todo su potencial creador y de trabajo en equipo para ayudar al personal sanitario con unas pantallas protectoras. De momento, ya han fabricado 65 máscaras reciclando el material de los disfraces carnavaleros, que han sido entregadas al personal de un hospital.

Todo comenzó la semana pasada, explica Cristina Navarro, la portavoz de Las Mamachicho, cuando una de las componentes del grupo, que es médica y trabaja en un hospital, les preguntó a través del chat si alguien era capaz de hacer un prototipo parecido a las pantallas que usan los sanitarios. Elena Ucha y Marga Roldán se pusieron manos a la obra y en menos de una semana han sido capaces de diseñar unas máscaras con materiales reciclados y de fabricarlas, con la colaboración de Cristina Navarro y Natalia Zuluaga.

Las ballenas de plástico utilizadas durante los Carnavales para los corsés de los disfraces se han transformado en los soportes de las pantallas protectoras y para proteger la cara han usado láminas de acetato. "Tras lanzar la petición esta amiga, Elena y Marga empezaron por facetime a pedir ideas y entre las dos lograron idear una máscara que cumple las condiciones requeridas: protege y se puede limpiar con agua y jabón o alcohol. Empezaron con ballenas que se usan para los corpiños y acetato y al final lograron sacar un prototipo", recuerda Navarro.

Después comenzó la fase de recolección de los materiales del grupo. "Descosimos todos los miriñaques, otras recolectaron el acetato, nos lo hicieron llegar a casa y empezamos a fabricar máscaras. El miércoles ya teníamos 65. Hemos estado todo el día pegadas, trabajando en cadena", explica Navarro. Para la parte que va pegada a la frente, utilizaron salvamanteles transparentes y elásticos para atarlas.

"Cuando alguien que trabaja para curarnos te cuenta que tienen miedo porque no tienes el material y te piden ayuda, tú intentas hacer lo que puedes para solucionar ese problema, porque se te cae el alma a los pies. No es más que un granito de arena", sostiene.

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