Olimpia Sánchez ha muerto a los 74 años de forma repentina e inesperada.

Maripa, como se hacía conocer en su entorno y en su círculo más amplio de sus amistades, en Las Palmas de Gran Canaria y aledaños, recibió cristiana sepultura el 29 de marzo de 2020 en el cementerio de San Lázaro de esta capital, casi de incógnito, debido a las medidas de seguridad impuestas para este tipo de actos como consecuencia de la crisis del coronavirus.

Había nacido en Bilbao en 1945, de padre asturiano y madre vizcaína. Cambió su residencia a la isla de Gran Canaria a mediados de 1988 con motivo del traslado de su marido Carlos Ester, jefe comercial a una empresa local. Con su presencia y don de gentes pronto se ganó la confianza de sus vecinos y gente de su alrededor, hasta hacerse popular en Las Palmas de Gran Canaria y llegar a sentirse una canaria más, tanto física como mentalmente.

Maripa tenía dos hijos, Carlos Antonio y Antonio Tirso, a los cuáles se dedicó en cuerpo y alma, y en eso se deriva su gran labor, inculcándoles los mejores valores para ser sobre todo honrados y buenas personas, muestra de ello, son las funciones que han desarrollado y aún desarrollan en sus respectivas ocupaciones hacia los demás. Su hijo Carlos, exconcejal, exconsejero del Cabildo de Gran Canaria y actualmente diputado del Parlamento de Canarias. Por otra parte, su hijo Tirso, profesor de derecho en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, y actualmente vicedecano de la Facultad de Ciencias Jurídicas. Sus hijos son su fiel reflejo por los principios y valores que ella les inculcó.

Su otra debilidad eran sus dos únicos nietos, ellos la adoraban, la querían con locura, ella les daba todos los caprichos como buena abuela que era, madre orgullosa y excelente esposa que nos hacía sentir a todos especiales.

Aun así tuvo su tiempo para una vida laboral trabajando en el Colegio Guaydil durante 8 años y un gran número de sus amigas salieron de dicho centro.

Fiel devota de San Antonio de Pádua y de la Virgen del Carmen por su formación en Las Carmelitas de Bilbao, muy creyente y de excelente vocación católica.

Ama de casa incansable, su meta era el bienestar de todos los de su alrededor, tanto de sus hijos, su marido, sus nietos y su nuera Techa Ortega, a los cuales amaba, y era totalmente correspondida por ellos, haciendo esto extensible a su gran círculo de amigos, los cuales la admiraban.

Descanse en paz, Olimpia Sánchez (Maripa), que desde el Cielo nos seguirá amparando y sirviendo como lo hizo en vida.