"Al principio, tras el primer fin de semana del estado de alarma, salí de casa con cierto temor, pero a medida que han pasado los días eso ha cambiado a precaución. La empresa me ha facilitado las herramientas necesarias y puedo trabajar tranquila. En la comunidad donde trabajo la gente lo hace bien, cumple con el confinamiento. Ayudo a muchos vecinos mayores y les bajo la basura, aprovecho cuando subo por las plantas a desinfectar para recogerla. Yo salgo por necesidad, porque la gente necesita mi trabajo para estar segura, y asumo mi parte de riesgo, pero por la calle, cuando voy o vengo del trabajo, veo a mucha gente joven y mayor que no debería estar ahí, sino en casa".