Es en los momentos de crisis cuando la solidaridad de la población sale a relucir con mayor fulgor, cuando el altruismo se convierte en un componente esencial para que la vida siga su curso con cierta normalidad. Con la crisis sanitaria provocada por el coronavirus, muchas personas, colectivos y empresas han decidido colaborar para ayudar a quienes más lo necesitan en momentos de vacas flacas. Y muchas veces son ellas las que evitan que todo el sistema se desmorone. Entre estos héroes sin capa, una empresa de desinfectantes naturales ha decidido usar sus productos para limpiar residencias, comercios, viviendas e, incluso, dependencias municipales de manera desinteresada.
Proveecan, fundada por David Trujillo y Javier Ruiz hace apenas cuatro meses, pensó en poder dar algo más a la sociedad en estos momentos tan complicados. La desinfección se ha convertido en una herramienta primordial en la lucha contra el avance del virus en los espacios públicos, pero también en los particulares. Por ello, estos empresarios decidieron aprovechar su actividad principal -la venta de productos desinfectantes basados en el ozono- para ir un paso más allá en su servicio a la ciudadanía. Adquirieron dos máquinas de sulfatar, las llenaron con su solución de limpieza y se sumaron a las tareas que estas semanas realizan las administraciones para evitar la propagación de la enfermedad.
Por ahora, su ámbito de tra-bajo se limita a Gran Canaria, pero admiten que ya han recibido llamadas desde Tenerife y Lanzarote para interesarse por la posibilidad de ir allí. La empresa, en la que trabajan ocho personas, está completamente volcada en estos días en la lu-cha contra el Covid-19, ya que la inmensa mayoría de las llamadas que reciben son de perso-nas que tienen "una psicosis enorme" con el virus, apunta Trujillo. De momento, todas estas limpiezas las están hacien-do altruistamente, sobre todo en las residencias de mayores y en dependencias de las corporaciones. Pero también lo han hecho en pequeños comercios como fruterías y carnicerías, y casas particulares donde, en función de su tamaño, lo hacen gratuitamente o cobran un pequeño canon que no suele sobrepasar los 20 euros. "Nosotros ya vendemos el producto, tanto por aire como en agua, por lo que se nos ocurrió esta iniciativa, tal como está pasando en la Península. Ha sido una inversión de nuestro bolsillo para comprar las máquinas de sulfatar", agrega.
Trujillo argumenta el por qué de haber planteado esta iniciativa en que la sociedad se ha visto envuelta "en una situación dramática" que requiere la colaboración de todos para salir adelante. Además, esperan que estas acciones puedan darles a conocer entre los potenciales clientes y que sirvan para ir creando una red de contactos para el futuro. Y es que, mientras realizan estas desinfecciones -pertrechados para ello y cuidando las medidas de seguridad al máximo-, no dejan de lado su comercio, el cual siguen atendiendo de manera telemática y llevando los pedidos a domicilio con un servicio que califican de "tú a tú".
La fórmula
El secreto de los desinfectantes de Proveecan se encuentra en que son completamente natu-rales, y su uso no afecta al medioambiente. Se dedican a vender máquinas de oxígeno acti-vo y ozono, un desinfectante ecológico que no contiene productos químicos y que funciona gracias a procesos que generan las radiaciones ultravioletas cuando el componente entra en contacto con el agua (oxígeno activo) o directamente a través del aire (ozono).
Un producto que, además, funciona tanto para los hogares y el uso cotidiano, como para espacios mayores y de forma puntual, como ocurre en estos momentos en los que están limpiando otras dependencias.
Se trata de una máquina que, en contacto con el agua crea oxígeno activo, u ozono si entra en contacto con el aire. Este método se emplea en distintos ámbitos, de hecho, muchos deportistas lo usan para recuperarse de sus lesiones o para mantener cierta salud personal. Pero su uso general es el de desinfectante para diversas tareas del día a día. Un ejemplo de ello es su utilización para hacer la colada, instalando una especie de difusor en el interior de la lavadora que irá vertiendo el producto en su interior mientras esté en funcionamiento. De esta manera, se evita usar productos químicos como la lejía, que pueden ser muy perjudiciales para el medioambiente. Este hecho es, apuntan los fundadores de Proveecan, uno de los motivos por los que ha tenido tanto éxito estos días.
Por otro lado, la versión de la máquina que funciona en contacto con el aire funciona como una especie de difusor de fragancias automático. Cuando encuentra algún elemento nocivo pululando en sus inmediaciones, vierte directamente el producto al aire, aunque este proceso también puede activarse de manera manual cuando el usuario así quiera. En las desinfecciones que están llevando a cabo, matizó Trujillo, emplean ambos formatos en función de las necesidades o de las peticiones de los clientes. Esta semana han estado en varias residencias y en las oficinas municipales del un Ayuntamiento del norte de la Isla, lo que les ha abierto las puertas de otros centros sociosanitarios e, incluso, Corporaciones locales.
Trujillo aseguró que están disponibles para cualquier colectivo o particular que quisiera desinfectar algún espacio en el número de teléfono 659.730.233 o en las oficinas de la empresa en la calle Virgen del Pilar de la capital grancanaria, en los alrededores del Hospital Doctor Negrín. Y es que la solidaridad es un bien escaso hoy en día, y que en momentos como este es todavía más necesaria si cabe para evitar males mayores.
