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Crisis del coronavirus Consecuencias en el mundo rural

Valleseco dispone 8.000 euros para ayudas sociales por el coronavirus

El Consistorio refuerza la atención a las familias vulnerables y las anima a pedir ayuda - Muchos productores comienzan a repartir a domicilio

Paza de la Iglesia de San Vicente Ferrer, en Valleseco, en una imagen tomada durante esta cuarentena. JOSÉ CARLOS GUERRA

Muchas familias se han quedado estos días sin ingresos debido a la falta de actividad que ha provocado el estado de alarma decretado por el Gobierno central ante el avance del coronavirus. Por eso, los ayuntamientos han reforzado la atención a aquellas personas más vulnerables para evitar que el golpe socioeconómico que se avecina una vez pase la crisis sanitaria sea demasiado severo. El de Valleseco ha destinado, en las últimas semanas, más de 8.000 euros en ayudas sociales y ha lanzado un mensaje con el que quiere animar a más gente para que acuda a la administración y encuentre soporte en ella. Todo ello, mientras muchos productores del municipio han iniciado servicios a domicilio para dar salida al excedente del que disponen por el cierre de los restaurantes y facilitar, de paso, que nadie salga de sus casas salvo para cuestiones de emergencia.

En Valleseco, toda la maquinaria de protección se puso en marcha incluso un poco antes de que, el 14 de marzo, el Gobierno decretara el estado de alarma, para tratar de anticiparse a lo que ya se intuía que podía pasar. De esta forma, se limitaron las actividades en el club de pensionistas y el acceso de personas tanto a la residencia de mayores, como al centro ocupacional y la escuela infantil del municipio. Y, desde entonces, se han ido adoptando más medidas encaminadas a ayudar a quienes más lo necesitan, desde los más pequeños de la casa a la tercera edad, pero también a aquellas familias vulnerables. "Adivino que vamos a vivir una situación dramática económica y humanamente pensando en el futuro, y vamos a intentar que el golpe a los vecinos del pueblo sea el menor posible", insistió el alcalde, Dámaso Arencibia.

Por ello, se han destinado ya unos 8.000 euros de los presupuestos municipales a ayudas sociales a aquellas personas que lo han ido requiriendo durante estas semanas, una cuantía que se encuentra dentro de un plan mucho mayor en el que se ha querido atender a cualquier vecino que lo necesitara, sin tener que ver directamente con el dinero. Por ejemplo, desde la segunda semana de confinamiento, empleados municipales empezaron a realizar llamadas a los mayores de 85 años que habitan en el pueblo para interesarse por su situación y preguntarles si necesitan cualquier cosa, desde pequeñas compras a medicamentos. Pero también, simplemente, para darles conversación en estos momentos tan complicados, sobre todo para quienes viven en soledad.

A día de hoy, el Ayuntamiento ya reparte unas 40 comidas diarias, lo que supone que el servicio de envío de alimentos a domicilio haya duplicado su volumen desde que se iniciara el confinamiento, cuando se distribuían poco más de 20 manutenciones. Por ello, el alcalde ha hecho un llamamiento a la ciudadanía vallesequense: "No tengan vergüenza de pedir las ayudas sociales, que son para todos los vecinos, porque cualquiera de nosotros nos podemos ver en una situación complicada".

Quienes más afectados se han visto desde que comenzara la cuarentena han sido los autónomos y pequeños empresarios de aquellos servicios que el Gobierno no ha estimado que sean esenciales. Según Arencibia, el Ayuntamiento se encuentra analizando la posibilidad de adoptar medidas económicas y tributarias dentro de sus posibilidades, como una moratoria en ciertos pagos de impuestos, lo que se sumará a todo aquello que dicten las administraciones a nivel regional y estatal. El regidor apuntó que los mayores "dramas" del municipio actualmente corresponden a "autónomos unipersonales que han dejado de ingresar" en lo que ha supuesto "un gran frenazo" a su economía. Pero también se encuentran dentro de este grupo quienes se dedican a la restauración, ya que han tenido que cerrar sus establecimientos durante todo el tiempo que dure la cuarentena. No obstante, la Feria Europea del Queso atrajo, apenas una semana antes de que se decretara el estado de alarma, a cientos de visitantes, lo que supuso un "balón de oxígeno" para muchas empresas. Y es que, agregó el alcalde, Valleseco "pocas veces en su historia ha tenido una actividad económica tan grande como la que tuvo ese fin de semana".

Buscar alternativas

El tejido empresarial del municipio se ha visto seriamente afectado por la situación desatada por la pandemia de Covid-19. Tiene miedo a los dos virus: el sanitario, que es algo que nunca se imaginó padecer, y al económico, que no depende de nadie y que está vinculado a la buena suerte que tengan las empresas de poder capearlo mejor o peor. Y ello genera incertidumbre, que se ve alimentada por el desconocimiento de las gestorías, la mayoría de las cuales no saben cómo responder a las dudas de sus clientes. Y tampoco ayuda a aplacar los ánimos las ayudas prometidas, que se espera que no lleguen demasiado tarde porque el poco dinero que se ha podido ahorrar no le dará para aguantar por mucho más tiempo.

José Manuel Macías y sus hermanos regentan el restaurante El Rinconcito Canario, en el barrio de Lanzarote. En su caso, han tenido que cerrar su negocio por el estado de alarma. En su cuenta no entra nada desde hace tres semanas, pero a principios de mes han tenido que pagar las facturas de los suministros básicos, y en breve tendrán que afrontar el pago de autónomos. "Yo espero que esto no se alargue demasiado, y trataremos de estar preparados sobre todo en base a que esto no va a volver a funcionar a pleno rendimiento desde un principio, sino que tendremos que ir adaptándonos", explicó Macías. En su caso, además, tuvieron que dar de baja a los tres muchachos que les ayudaban los fines de semana. El restaurador lo tiene claro: "Tendremos que esperar a que la gente vuelva a coger la rutina de ir a los restaurantes, algo que va a costar porque los restaurantes somos un bien de lujo".

Por su parte, Ofelia Reyes, de la Quesería Madrelagua, sí que ha podido continuar con su actividad, aunque ha tenido que buscar alternativas para colocar los productos que el sector de la restauración no ha adquirido estas semanas. Para ello, han contactado con nuevos supermercados para "llegar a más clientes" y, sobre todo, han iniciado un reparto a domicilio abierto a toda la ciudadanía grancanaria, tanto a través de su propia página web y cuentas en redes sociales como dentro del mercado digital Gran Canaria Me Gusta, abierto por el Cabildo insular este fin de semana para dar cabida a todos los productores locales y que pudieran contactar con más personas. Gracias a ello, apuntó la quesera, han recibido entre cinco y seis llamadas diarias con pedidos.

Reyes aseguró que toda ayuda "es importante" para poder salir de esta situación sin grandes traumas, y que las empresas podrán controlarla siempre y cuando no dure mucho más tiempo como para hacerse "insostenible". Para los productores del sector primario, el que se les permita seguir trabajando puede ser un arma de doble filo, ya que tienen que asumir ciertos riesgos, como el de mantener a todos sus empleados, aunque los ingresos caigan. "Si no tenemos una facturación inferior al 75%, no nos dejan tomar medidas, pero si bajamos a eso, nos toca decir adiós a nuestras empresas", sentenció. A pesar de todo, con los inconvenientes y la incertidumbre que les sobrevuela, están seguros que pelearán porque "no se puede tirar la toalla".

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