Por Pedro José Franco López

Roque Nublo de Gran Canaria/2020

Fallece el Excmo. Sr. Don Alejandro del Castillo y Bravo de Laguna, IX Conde de la Vega Grande del Guadalupe, (por Real Decreto de Sucesión del 27 de agosto de 1977); Caballero de la Orden de Calatrava y Maestrante de Zaragoza y, arduo trabajo el que tendrán los historiadores en los próximos días confeccionando un listado de los Títulos y Condecoraciones que se le otorgaron a don Alejandro del Castillo a lo largo de su fructífera vida.

Cómo este Obituario va desde el sur de la Isla de Gran Canaria -Maspalomas-, incidir en que, el 29 de marzo de 2012, se concede a Alejandro del Castillo el Título de Hijo Adoptivo del Municipio de San Bartolomé de Tirajana, por "ser artífice de la iniciativa que convirtió unas tierras de labradío secano, en modelo de referencia turística a nivel internacional".

En aquella ocasión tuve el grandísimo honor que se me encomendase la confección del Informe que justificaba la concesión de este nombramiento y uno de los argumentos que se esgrimieron fue que: Don Alejandro del Castillo y Bravo de Laguna, fue el impulsor -junto a su familia-, de la creación de la marca “Maspalomas Costa Canaria” y de la zona turística de Maspalomas y que, de forma atrevida y arriesgada (aún siendo tachado de "loco imaginario", convocó el “Concurso Internacional de Ideas Maspalomas Costa Canaria” (1961), que dio a conocer el nombre de Maspalomas al mundo.

Y es que nos llegó a contar que fue así literalmente: Alejandro del Castillo, al ver cómo los turistas se van a Maspalomas cuando hace mal tiempo en Las Palmas de Gran Canaria e incluso las Agencias organizan excursiones de ida y vuelta, tan sólo para bañarse en sus Playas, convence a su padre (Alejandro del Castillo y del Castillo), para transformar el sur grancanario en el emporio turístico que hoy en día disfrutan turistas de más de medio mundo.

Y es así como, con su impronta, consigue cambiar el rumbo de la historia y un sur árido y estéril, anclado en la agricultura y la pobreza, pasó a ser protagonista de una de las pujanzas económicas más trascendentes de España; difícilmente nos podíamos imaginar a principio de los años 60 del s.XX, la transformación social y económica que iba a suponer para el Archipiélago Canario, para la Isla de Gran Canaria y para el municipio de San Bartolomé de Tirajana en particular, el nacimiento de la zona turística de Maspalomas.

También añadíamos en aquel Informe que, con aquel galardón se vendría a homenajear y valorar la previsión y visión de futuro que, desde el principio se tuvo, (cuando nadie apostaba por las iniciativas innovadoras y atrevidas); cediendo terrenos, patrocinando, construyendo y haciendo de mecenas en empresas como: El primer Hotel de 5 estrellas (el Hotel Maspalomas Oasis); El Restaurante "Maspalomas" ahora el Senador; Restaurante "El Abanico" en Playa del Inglés; El Aeroclub de Berriel; el primer Parque Temático de España: el Poblado Americano ó “Sioux City”; el Templo Ecuménico; el Primer "SPA" de España: El Centro Helioterápico Canario; el Campo de Golf de Maspalomas; la edición de la Revista "Maspalomas Costa Canaria" o Instituir el Premio "El Guanche de Oro".

En la persona de Don Alejandro del Castillo también se venía a reconocer las contribuciones que la familia Castillo ha tenido para con la Isla de Gran Canaria en general y el pueblo de Maspalomas en particular, como: las Presas, Galerías, Pozos, Trasvases de aguas, etc., que ha construido, cedido o patrocinado; la época de Labranza Medianera, en que los pueblos costeros del Municipio no conocieron la hambruna y las escaseces; los Cultivos y Exportaciones de Tomates y Plátanos, que dieron trabajo y sustento a los lugareños en épocas de conflictos y posguerra.

Finalmente, también apostábamos por saldar en su persona, una deuda del municipio tirajanero, y del pueblo de Maspalomas y su gente, para con el Condado de la Vega Grande, por aquellas contribuciones paralelas al nacimiento de la primera industria turística de España, como: La Guardería "Los Dados"; La primera “Casa-Cuartel de la Guardia Civil”, cuya madrina fue su esposa, Doña María del Carmen Benítez de Lugo y Massieu; los Poblados de San Fernando, Juan Grande y el Pajar; La Iglesia de San Fernando y, por supuesto el Museo de la finca condal de Juan Grande, un largo sueño acariciado por Alejandro del Castillo y que pudo ver inaugurado.

En fin, como decíamos, con el fallecimiento de Alejandro del Castillo no se cierra una página, todo lo contrario, se abre un gran Libro que, al menos en lo que a mi respecta, trataré de mantener abierto por siempre.

Y es que también, he perdido a mi Padrino de confirmación, pero eso forma parte de cuando, con tan sólo 11 años, Alejandro del Castillo y su esposa María del Carmen Benítez de Lugo, costearon mis estudios en el Seminario Diocesano, mil gracias a los dos.

Vayan mis condolencias para sus Hijos, Nietos, Hermanos y demás familia y, que sepan llevar este mal momento, agravado por las circunstancias que padecemos.