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CRISIS DEL CORONAVIRUS Canarios en el extranjero

Auxilio desde Bolivia

Fran Méndez lleva un mes atrapado junto a su familia, enfermo y sin medicación

En el centro, Francisco Méndez y su esposa Angie Mendoza junto a sus hijos y su familia boliviana. LP/DLP

Francisco Méndez Sardiña lleva un mes atrapado en Bolivia junto a su familia, enfermo y sin medicación para paliar los duros efectos de sus dolencias y sin saber cuándo podrá volver a Gran Canaria. El 5 de marzo viajó junto a su esposa y sus hijos hasta la ciudad de Santa Cruz de la Sierra para que sus mellizos de diez años conocieran a sus abuelos, y su intención era regresar a casa el 2 de abril, poco más de un mes después. Pero el 20 de marzo Bolivia cerró sus fronteras y prohibió los vuelos internacionales. Ahora pide auxilio, pero todas las puertas que toca están cerradas.

Durante todo este tiempo este vecino de Santa Lucía de Tirajana ha permanecido en casa de sus suegros, con pocos recursos económicos, buscando por todos los medios la fórmula para conseguir volar a España. Pero el éxito no llega. "Desde el minuto uno el consulado ha funcionado mal, parece que no hay cónsul, llamas y no responden y cuando lo hacen es de malas formas, les pedimos ayuda para volver a España porque se nos acaban los recursos y la respuesta ha sido 'lo sentimos pero nosotros no somos una ONG'; y en la embajada hay una mala gestión, entiendo que somos muchos españoles, más de 250 en toda Bolivia y en lugares muy dispersos, pero podrían juntarnos en un mismo punto y llevarnos a todos", critica el grancanario.

Francisco sufre problemas de espalda desde hace más de cuatro años y necesita medicación que solo le facilitan en centros hospitalarios; allí es imposible y ya empieza a sentir dolores y a encontrarse mal porque debió habérsela inyectado hace más de 20 días. "Pero hasta el día de hoy no sabemos nada; ni siquiera me dan prioridad por eso, han preferido darle prioridad a otras personas que ni siquiera han llamado para marcharse a España; no sé qué criterios están siguiendo", denuncia. De hecho, hoy miércoles parte un vuelo de repatriación hacia nuestro país, pero no lo han incluido ni a él ni a su familia.

"Anteriormente han salido otros vuelos, pero nos pedían 1.200 euros por persona, y somos cuatro, es imposible pagar ese dinero; encima no era directo a España sino a París y desde alli teníamos que buscarnos la vida para llegar a Gran Canaria", relata, "hubo españoles que se marcharon porque estaban desesperados, pero para nosotros es mucho dinero".

Y el problema no solo está en encontrar o no un vuelo, sino también en la forma de pagarlo. "Te pueden decir que estás dentro y que la aerolínea se pone en contacto contigo; te llama a la media hora para darte un número de cuenta y que hagas el ingreso previamente y semejantes cantidades de golpe, ni siquiera a plazos", apunta Francisco, "y en un vuelo con Iberia no entendíamos por qué si la empresa es española teníamos que ingresar en una cuenta de Bolivia, porque además era más fácil hacer una transferencia entre cuentas españolas".

En este sentido, critica este santaluceño, han sido todo trabas desde el consulado. "No podíamos hacer el ingreso desde España porque tardaba varios días en llegar, y la aerolínea lo quería en 12 horas, ha sido como tener una pistola en la cabeza todo el rato", relata desde Santa Cruz de la Sierra.

Francisco intenta que le hagan transferencias desde España, pero no funcionan, y también recibir envíos a través de una agencia, pero no puede recogerlo porque las colas en los bancos son infinitas. Su prioridad es salir de Bolivia junto a su familia y no permanecer en un país con un sistema sanitario débil. "No sé cuándo saldrá otra avión; la esperanza no la pierdo nunca, pero ya nos afecta al estado de ánimo", concluye.

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