El Cabildo de Gran Canaria ha comenzado a colocar una red de 200 trampas con feromonas en todos los municipios de la isla para monitorizar la incidencia y la evolución de la plaga de la polilla guatemalteca en la papa, destaca este jueves un comunicado de la corporación. Añade que a la vez ha iniciado la recogida de las papas afectadas y ultima el proceso para distribuir un millón de euros de ayudas a los agricultores damnificados por la plaga, que desde el verano ha obligado a retirar 400.000 kilos del cultivo.

Detalla que estas trampas están numeradas y geolocalizadas y que se instalarán en mayor densidad en la zona de medianías del norte, donde están los mayores productores de papa.

Gracias al recuento quincenal de las polillas atrapadas será posible diagnosticar el comportamiento de la plaga, pues si hay más de 50 individuos será necesario que se ponga en marcha un conjunto de medidas para controlarla, destaca el consejero de Sector Primario, Miguel Hidalgo.

Entre las medidas está la colocación de más trampas con feromonas, ya que además sirven para el control de la plaga.

El Cabildo distribuirá las trampas de forma gratuita a quienes participen en esta red, para lo que ha adquirido 5.200 reemplazos de feromonas, de las cuales 2.000 serán utilizadas para el monitoreo, al tener que ser reemplazadas cada dos meses, y el resto serán entregadas a los productores.

Además de las trampas, otra de las acciones para combatir esta plaga es regar con frecuencia para evitar grietas en el terreno, ya que la hembra deposita entre 150 y 200 huevos en el suelo, especialmente ahí y cerca de la base de la planta. Cuando nacen las pequeñas larvas o gusanos se desplazan hasta las papas, de las que se alimentan, produciendo galería en su superficie.

Otras de las medidas es sembrar a mayor profundidad para que las larvas no lleguen a la papa y realizar la técnica denominada aporcado o abrigado, que acumula tierra en la base del tallo de la planta. A todas estas acciones se suman las recomendaciones de usar semillas de primera generación y rotar los cultivos.

También está el método de la suelta de organismos de control biológico, que en este caso es una pequeña avispa que deposita sus huevos en los huevos de la polilla, lo que consigue cortar la reproducción. La eliminación de las papas afectadas, incluidas las almacenadas, es otra de las medidas principales para controlar la plaga.

La plaga del año pasado, que continúa en la isla, ha sido la que mayor incidencia ha tenido desde su detección en Gran Canaria en 2002 debido a las escasas lluvias durante el invierno, lo que fomenta la reproducción de la polilla. En 2019 algunos de los agricultores tuvieron pérdidas de hasta la mitad de su cosecha, resalta la nota.