Los socios del Club Noruego de Arguineguín, comunidad que tiene empadronada a unas 2.000 personas en este municipio, esperan con ansia la vuelta de los compatriotas que tuvieron que marcharse cuando el Gobierno decretó el cero turístico y cerró las fronteras. Los que aquí se quedaron, los que residen habitualmente en la isla por largos períodos de tiempo, están deseando que Gran Canaria entre en fase 2 para poder realizar nuevas actividades. "Quienes nos quedamos aquí estamos deseando darnos un baño en la playa y hacer actividades de montaña, nos gusta mucho la naturaleza", explica Mette Borresen, secretaria de la organización. La noruega asegura que muchos de sus compatriotas que se han marchado quieren volver, "pero hay que esperar a saber cómo evoluciona la pandemia, si hay aviones, y qué precios pondrán, pero se mueren de ganas de venir otra vez a Gran Canaria".