La Reserva Natural Especial de las dunas de Maspalomas contará con vigilancia permanente para garantizar su protección, después de que la ausencia de personas como consecuencia del confinamiento haya devuelto a este paraje natural una imagen que no se observaba desde hacía medio siglo. Cuatro agentes del servicio de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria y dos policías locales del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana formarán parte del operativo de vigilancia, al que se sumará una cuadrilla de siete personas que trabajarán de forma continuada para cuidar y mantener el sistema dunar, sus senderos, las señalizaciones y los bolardos.

En una rueda de prensa celebrada ayer en el mirador de las dunas, el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, explicó que el objetivo de esta medida es garantizar la supervivencia de las dunas asegurando que el público transite exclusivamente por los ocho kilómetros de senderos habilitados con 1.500 bolardos "y así sea compatible el disfrute con la protección de este campo de dunas". Para Morales, esta iniciativa supondrá "un antes y un después" en la protección del espacio.

Ambos cuerpos, el de agentes medioambientales y el de Policía Local, tendrán capacidad sancionadora sobre todos aquellos comportamientos inadecuados que pongan en peligro la protección del sistema dunar, de 400 hectáreas. Se trata, por tanto, de lograr que las personas accedan al espacio a través de las vías adecuadas y se evite así que las dunas se invadan de manera indiscriminada.

El inspector de Medio Ambiente del Cabildo, Juan Carlos Santana, explicó que la vigilancia se llevará a cabo de forma permanente de lunes a domingo y que los seis agentes ahora destinados a esta labor podrán ser apoyados por policías de otros municipios cuando sea necesario, si aumenta el número de personas que hagan un uso indebido del área natural. Santana explicó que las cuantías de las sanciones oscilarán entre los 150 y los 600 euros las más bajas, y podrán alcanzar hasta los 600.000 euros en caso de grave atentado medioambiental. Los ciudadanos multados tendrán la posibilidad de recurrir las sanciones.

Concienciación

El inspector añadió además que la primera fase de implantación de esta medida consistirá en informar y concienciar a la población local y visitante sobre la necesidad de seguir los senderos señalizados y la importancia de protección de las dunas antes de proceder a las primeras denuncias. "El objetivo es reconducir aquellos usos indebidos que afectan a los valores ambientales a los usos que permite la normativa", señaló Santana.

A tales efectos, se pretende evitar imágenes que hasta ahora han sido habituales en este lugar, como los constantes desplazamientos a través del interior del sistema dunar, la utilización de tablas de bodyboard para lanzarse duna abajo, la creación de pequeños muros cortavientos para tomar el sol, la utilización de los balancones para miccionar, pequeñas extracciones de arena e incluso la realización de contactos en algunas áreas de la reserva más cercanas a la charca.

Al acto asistieron también miembros de la Corporación local, encabezados por la alcaldesa Conchi Narváez, quien consideró estas nuevas medidas "una necesidad y una reclamación por parte de la ciudadanía". "Era el momento adecuado para parar y de tomar las medidas para continuar protegiendo este espacio, la joya de Gran Canaria", agregó.

El período de confinamiento decretado para frenar la propagación del coronavirus ha acelerado los resultados del proyecto Masdunas de recuperación del sistema dunar que se inició a finales de 2018 ya que ha recuperado más de 40.000 toneladas de arena antes de que se perdieran en el mar por la Punta de la Bajeta de Playa del Inglés. El proyecto de recuperación de dunas áridas, pionero en el mundo, ha logrado reintroducir arena y reestablecer poco a poco el nivel que habían perdido las dunas de Maspalomas.