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Turismo | La temporada estival echa a andar

Las casas rurales con piscina se preparan para su particular agosto

Los alojamientos ligados a la naturaleza empiezan a abrir de forma escalonada

Las casas rurales con piscina se preparan para su particular agosto

El turismo rural empieza a abrir sus ventanas de cara al verano, aunque con parsimonia. Las empresas del sector se adaptan a la nueva situación del negocio vacacional, que no solo conlleva labores preventivas de protección higiénica, sino que también la incertidumbre que genera el control de las fronteras exteriores. De momento, la ocupación es muy elevada entre los alojamientos enclavados en un entorno natural que cuentan con piscina y capacidad para reunir a grupos de una decena de familiares y amigos, según el sector. En cambio, los propietarios del resto de establecimientos se muestran más cautos porque las ventas van lentas, optando por abrir al público menos habitaciones hasta comprobar la evolución del mercado.

Gran Canaria cuenta con unas 1.028 camas de turismo rural, que se distribuyen en 175 establecimientos, según el Patronato de Turismo. La oferta incluye siete hoteles que suman 169 plazas, a lo que hay que sumar otras 168 casas con 859 camas, según el Patronato de Turismo de Gran Canaria. A esta oferta reglada hay que sumar otro tipo de establecimientos que se localizan principalmente en las medianías y cumbres, ya sean pensiones, apartamentos, casas emblemáticas, villas y viviendas vacacionales.

La oferta rural sigue siendo modesta, cuando se habla de un conjunto de 139.000 plazas vacacionales que dispone en conjunto Gran Canaria, en 4.200 complejos. Sin embargo, la actividad trata de abrirse un hueco en la oferta tradicional de sol y playa, aprovechando la potenciación del campo e iniciativas como la declaración de Reserva de la Biosfera.

Varios días para 'airearse'

El sector profesional está muy disperso, si bien el Patronato de Turismo de Gran Canaria, y la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Las Palmas mantienen la marca Gran Canaria Natural y Activo para su fortalecimiento. "Con esta unión entre la iniciativa pública y la privada se pretende aunar esfuerzos orientados en una misma dirección de comercialización y promoción de Gran Canaria como destino de naturaleza".

Entre las empresas asociadas se encuentra Natura Canaria Alojamientos Rurales, que gestiona seis casas rurales rehabilitadas en Fontanales (Moya), con capacidad para 22 personas, además de una tanto en Santa Brígida, Artenara y San Bartolomé de Tirajana, para otras 14 personas entre todas.

Carmen Hernández apunta que la empresa está abriendo poco a poco, en función de la demanda. Y como las casas de Moya están concentradas, este proceso de reapertura gradual es más sencillo, ya que la piscina es compartida. Todo ello, limitando el aforo en las zonas comunes, y quitando las hamacas para evitar que coincidan muchas personas en este reducido espacio.

Las reservas pasan en su caso este año por ser de última hora, esto es ahora, entre una semana y 10 días antes. Y si antes los clientes solían contratar en esta época las vacaciones de agosto, ahora se da la circunstancia de que están teniendo que cambiar fechas, porque el gran movimiento de reservas se adelanta a julio. Sobre todo, a la segunda quincena de este mes. La explicación es que se están modificando los periodos vacacionales dentro de las empresas. "Este año, de momento, tenemos más reservas en julio que en agosto, como era lo habitual", certifica Carmen Hernández.

También este año se da la particularidad de que se alojan muchos familiares juntos, desde abuelos a nietos, aunque esto pueda suponer una disminución de los días de estancia para ahorrar gastos. De ahí que hayan puesto como lema promocional 'Momentos para compartir'.

La empresaria resalta que los canarios desean salir de vacaciones más que nunca. Y el verano es el momento de los canarios y peninsulares, como es tradición.

Pese a que existe una gran oleada de llamadas solicitando pocas noches de estancia, Natura Canaria ha optando por abandonar la idea de entradas y salidas el mismo día, para ahondar en las limpiezas en profundidad, y limita la ocupación mínima a cuatro o cinco noches. Y desde la empresa ponen como ejemplo que estas tareas de limpieza en profundidad se completan con varios días de antelación, para ahondar en la labor higienizante. Esto, por contra, también, merma los ingresos y la cuenta de resultados. Pero Carmen Hernández cree que la reapertura de las casas también es una forma de relanzar la economía de una zona como Fontanales, ya que muchos clientes comen y compran en el pueblo.

El presidente de la Asociación de Empresarios Extrahoteleros y vicepresidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Las Palmas, Tom Smulders, resalta que el turismo rural es muy demandado en estos momentos en toda Europa. Y detalla que el nuevo protocolo en el que han venido trabajando empresarios y administración supone un guión claro, transporte y aplicable para estrechar la seguridad, fijando los aforos máximos permitidos. Sobre todo, para evitar la imagen de muchos veranos de aglomeraciones en piscinas y estancias, porque nadie quiere jugar con la salud.

Smulders realza que tanto los apartamentos extrahoteleros como los alojamientos rurales comparten características comunes de separación física entre persona. Y eso es un valor añadido.

"El canario es un público muy impulsivo, en el sentido cariñoso; y muy probablemente no va a haber camas este años para todos en Gran Canaria", avisa Smulders. Sobre todo, porque los empresarios irán abriendo paulatinamente de acuerdo con la demanda.

En cualquier caso, reconoce que hay que tener en cuenta la oferta legal y que cumpla con todos los requisitos, en especial en estos momentos.

La propietaria de Fonda de la Tea, el único 'hotel con encanto' en Tejeda, y de otros establecimientos rurales de la zona, Fina Suárez, coincide en que el sector está abriendo de forma escalonada, según va aumentando la demanda. "Las reservas caminan, pero sin tirar voladores". Y remarca que dentro de la actual oferta, las casas rurales con piscina y aptas para acoger a grupos de aproximadamente una decena de personas y de estancias de fines de semana están alcanzando una alta ocupación. La situación del resto "se mueve, pero no tanto".

"Vamos a intentar escapar con el turista local, aunque ya no es como antes". Fina Suárez coincide en que el sector va alternado las habitaciones que se ocupan para 'airearlas', como medida de precaución. Recalca que el sector está muy concienciado de las medidas higiénicas a adoptar. Y, en el caso suyo de Tejeda, incide en que si bien el municipio ha quedado libre de la enfermedad, es una necesidad compartida también de que su clientela no afecte a la salud del pueblo, y viceversa.

Incluso, la oferta gastronómica en el pueblo va todavía a medio gas, aunque hay muchísimas visitas los fines de semana a la Cumbre. "La lejanía nos ha beneficiado y ha sido una virtud". Y la unión ha permitido que varios empresarios turísticos hayan adquirido de forma conjunta 2.000 mascarillas, geles y termómetros.

María Dolores Brito es propietaria de dos alojamientos independientes de cuatro y seis camas cada uno en el barranco de Las Madres, en Valleseco, dentro de una finca de unos 20.000 metros cuadrados de superficie.

En estos momentos solo tiene disponible la pequeña, El Pajar, mientras sigue de cerca la evolución del mercado para tomar una decisión sobre la estancia más grande, Casa de la Virgen.

De momento se está alquilando especialmente los fines de semana, pero la falta de piscina hace que las ventas caminen más lentas. En su caso, tiene muchas reservas de última hora, aunque ella está "con ilusión y ganas".

Hasta ahora en agosto solían cerrar para acometer labores de mantenimiento de cara el invierno, que es la verdadera temporada fuerte, pero ahora tienen todo en el aire. En invierno trabajan con el mercado exterior al que le gusta conocer la Isla, y el canario en el verano. Y su perfil es de entre 35 y 50 años, familias y con hijos.

La dueña de la casa rural La Longuera de Tirajana, en Santa Lucía, Rita Pérez, señala que casi todas las reservas realizadas antes de la pandemia se han mantenido, aunque cambiando fechas en algunos casos. Incluidos algunos extranjeros (holandeses, alemanes y franceses), que siguen manteniendo que van a venir a Gran Canaria. De ahí que prevean una alta ocupación en agosto, y todavía tienen disponibilidad en julio. Y la piscina ha sido un gran atractivo para gozar de esa respuesta.

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