Varios testigos han asegurado que vieron al indigente estrangulado y quemado en un quiosco abandonado en Playa del Inglés horas después del momento de su muerte, entre las 12.30 y las 17:00 horas, mientras según la Fiscalía se produjo sobre las 09:00 horas. Estos testimonios prestados ayer en el juicio que se celebra en la Audiencia de Las Palmas, siembran dudas sobre los hechos ocurridos el 11 de enero de 2019, cuando la víctima, Stefan Putreanu, de 61 años, fue estrangulado y su cuerpo quemado en el quiosco donde solía pernoctar.

Uno de los testigos declaró que el día de los hechos vio a la víctima "comer de un táper" y hablando "con una chica morena" entre las 14:00 y las 14.30 horas, mientras que una de las empleadas del supermercado que frecuentaba declaró que compró en su turno, a partir de las 17:00 horas.

Otro testigo aseguró haber visto salir del quiosco en el que fue hallado el cuerpo a un hombre que "rebuscaba entre las cosas" de la víctima, y salió del lugar "saltando el muro". Esta persona, según afirmó, no es el acusado, Ali G., que se enfrenta a 18 años de prisión. "Era una persona de piel más clara y con barba", dijo, por lo que descartó que el acusado fuese la persona a la que vio salir. "No se parece nada", ha recalcado.

Coacciones

Uno de los llamados a declarar dijo que se encontraba a 50 metros del incendio que quemó el cuerpo. Explicó que vio "a alguien rociar un líquido" y que esa persona "era alta, delgada y llevaba ropa oscura".

Varios de los testigos que han declarado han dicho que conocían los conflictos quehabían tenido el acusado y la víctima, y que vieron al fallecido "alterado y nervioso" ese día, pero sin daño físico aparente. Los testigos que tenían trato con Stefan aseguraron que era consumidor de alcohol y solía pedir dinero.

Del mismo modo, el hijo de la esposa de Ali G., también acusada, Roberta S., dijo que no le explicaron su derecho a no declarar por la relación con el acusado y que fue coaccionado por la Policía. "Me empujaban a decir que era el asesino", y aunque ha asegurado que ambos, víctima y acusado, "tenían mala relación", su padrastro "no es violento".