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Medioambiente

La paloma que siembra el bosque

El Cabildo edita un libro con la aventura coral de la recuperación de la rabiche en Gran Canaria

El doctor Aurelio Martín, profesor de Zoología, ayer, en un momento de la presentación del volumen sobre la paloma rabiche en la sede del Cabildo de Gran Canaria. LP/DLP

Hace ocho millones de años tomaba forma la paloma rabiche en Canarias, una verbena voladora de cola gris y blanca, cuerpo rojo oscuro, cuello verdeazul y pico naranja, con un ojo circunvalado en color papaya.

Durante esos millones de años se afincó en el bosque termófilo, en la frontera con la laurisilva, hasta que en momento aún indeterminado, si bien se sabe que cohabitó con los indígenas, se esfumó de la isla redonda mientras que en La Palma, El Hierro, La Gomera y Tenerife sus primas hermanas aún seguían resistiendo el embate de la devastación de sus territorios.

Hasta que en el año 2000, según explica Manuel Nogales, doctor en Ciencias Biológicas y delegado del CSIC en Canarias, se inicia un proyecto pergeñado cuatro años antes por el Gobierno de Canarias "para estudiar la distribución y conservación" en las cuatro islas occidentales, del que surgió una ocurrencia. La del doctor Aurelio Martín, profesor de Zoología de la Universidad de La Laguna, la "de incorporar al programa a Gran Canaria. Visitamos Barranco Oscuro y el Barranco de La Virgen y vimos que teníamos los estereotipos de hábitats, solo faltaban las rabiche, y me dije: no me moriré sin dejar palomas en la isla".

Ese fue el inicio de una aventura coral en la que participan en todos estos años un interminable elenco de especialistas y profesionales de varias islas, desde genetistas a cuadrillas como la de Gesplan, que a lo largo de todo este tiempo no solo han logrado una población estable de 400 ejemplares y en aumento, sino que ha supuesto a su vez dotarlas de un paraíso de flora que se ha ido acrecentando por la reforestación de más de 700 hectáreas, en la que también ahora participa la rabiche expandiendo por el territorio las semillas que le dan cobijo.

Lograr esta odisea ha supuesto una aventura en toda regla, con un equipo enorme formado por incondicionales del proyecto y que ha tomado forma de libro, dedicado especialmente a la figura del ingeniero de Montes Pedro Martínez-Corbalán, quien fuera Jefe del Servicio Técnico de Medio Ambiente, fallecido en 2013, y que dejó una impronta que se materializa en 2016, cuando nace el primer pollo de rabiche, bautizado Corbalán en su memoria.

La obra, que el propio Nogales califica de "una delicia que no tiene desperdicio de principio a fin", resume ese afán para el regreso de la especie, y la reforestación "espectacular" liderada por el Cabildo de Gran Canaria, con nombres claves como Gustavo Viera, "el padre de los Life canarios", o Fran Sosa, "el hombre de la esponja de Gran Canaria", en alusión a la necesidad de recuperar asimismo los acuíferos rotos de la isla.

El elenco de nombres tiende a infinito, como el de los genetistas Mariano Hernández y Teresa Costa, sin olvidar a Felito, del Cabildo de La Palma, que se guinda de los lugares más inaccesibles para lograr puestas que incorporar al programa. O el personal de los viveros como Mino y Eli, todos a una, desde el que riega un mato al que desarrolla la biología del asunto y que abarca a instituciones como la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas que cede los primeros terrenos, a los que se han ido incorporando particulares, o fundaciones como Foresta, que han ido divulgando el trajín y entusiasmando a niños y jóvenes con los secretos voladores de los tiles.

Todo ello con la aportación europea del programa Life que abarca desde 2013 a 2017, al que se suma, según detalla la corporación insular, el PostLIFE Rabiche que destina ahora 1,2 millones de euros, todos de la de la tesorería del Cabildo, "para cimentar los logros con un plan de actuaciones hasta 2022", lo que supone otras nuevas 80 hectáreas de repoblación en Azuaje, La Virgen y Barranco Oscuro, así como el seguimiento y la suelta de ocho ejemplares nuevos cada dos meses para diversificar la genética de la especie.

El presidente del Cabildo, Antonio Morales, felicitaba ayer a todo este equipo de buena parte del Archipiélago por la consolidación y el éxito del programa, que ha duplicado su crecimiento en los últimos dos años, como lo ratifica el que "cuatro de cada cinco ejemplares carecen de anilla".

Esto, en un acto celebrado en la Casa Palacio con la presencia de la consejera insular de Medio Ambiente, Inés Jiménez, así como de las consejeras de Medio Ambiente y Cambio Climático de La Palma, María Rodríguez Acosta y Nieves Rosa Arroya, isla de la que provienen todos los ejemplares con los que comenzó el proyecto que hoy toma forma de libro, pero sobre todo de un ecosistema propio que vuelve a renacer.

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