Agaete pasó ayer el día de Las Nieves, una de las fechas más señaladas de su calendario, con más gloria que pena. A pesar de las limitaciones sanitarias y de seguridad a las que obliga el coronavirus, el municipio ha conseguido superar ese obstáculo y tanto las calles, como las terrazas y la iglesia se mantuvieran llenas y al máximo de su aforo.

"Lo que queríamos era eso, que la gente no lo viviera como un año triste sino también con ilusión, esperanza y recordando todo lo bueno. Y lo hemos conseguido. A pesar del confinamiento y de las medidas que tenemos que respetar, veo a la gente contenta", festeja la alcaldesa, María del Carmen Rosario, que pone dos ejemplos para demostrar el sentimiento que ha invadido el municipio en estos días.

Por un lado, el mural con imágenes de la Rama. "La gente no se lo esperaba. Hay una foto en la que aparece una rama enorme y había una gran cantidad de personas que se hizo una foto como si estuvieran agarrando la Rama", destaca la regidora. Y por otro, que los más nostálgicos subieran al lugar de salida de la Rama y luego bajaran a sus domicilios. "La Rama no es solo fiesta y jolgorio, son promesas y sentimientos", añade Rosario, que sin embargo destaca y agradece sobre todas las cosas "el comportamiento ejemplar tanto de la gente de Agaete como de los que se han acercado".

Mientras este 6 de agosto era el día reservado a la procesión, que no se tuvo que suspender para evitar aglomeraciones, ayer sí se pudieron llevar a cabo tres eucaristías, y todas ante 185 personas, el aforo máximo permitido. "La participación ha sido la justa, ha venido gente del pueblo y de fuera a cumplir sus promesas a la Virgen de las Nieves. Y la gente que no pudo entrar se quedó fuera escuchando de manera respetuosa", señala el párroco Ricardo Miranda. Además, el Ayuntamiento retransmitió a través de sus redes sociales las eucaristías en directo. Al final de cada eucaristía diez personas con un pulverizador limpiaban la iglesia para prepararla para la siguiente.

Otra novedad con respecto a años anteriores es que la imagen de Las Nieves se ubicó en el presbiterio, junto al lado del retablo, con una ofrenda floral "magnífica, de premio", indica Miranda. La iglesia añadió una barrera para que la gente no pudiera tocar a la Virgen debido a las medidas de seguridad, que incluían también el uso de mascarillas y de gel hidroalcohólico, entre otras. "Hubo mucha más devoción que en otros años porque no existía ese cansancio acumulado de días anteriores", sentencia Miranda.

Se da la circunstancia de que el arreglo floral diseñado por Aarón Martín contó con unas flores procedentes de París. De Francia, en concreto de Marsella, procedieron en 1871 los instrumentos de la primera Banda de Agaete, país del que también es originario Robert Camile, compositor de La Madelon, la canción que más se baila en la Rama.