El Cabildo ha extendido hasta el barranco de San Miguel de Valsequillo y el área de cumbre comprendida entre la Cruz de Tejeda y la Cruz de Los Llanos las labores de desbroce de cañaverales y maleza para la posterior entrada de ganado de pastores que colaboran con la Institución insular y que mantienen a raya los rebrotes de especies que actúan de combustible vegetal en zonas estratégicas para la prevención y el control de incendios forestales.

En el caso de los barrancos, el enemigo principal son las cañas, especie altamente inflamable que propicia que estos cauces se conviertan en auténticas mechas y que han proliferado al perderse sus usos tradicionales, pues antiguamente se utilizaban para emparrar tomateras en el sur, para techumbres en lugar de la tea, para levantar cercados, como forraje y, tras su picado, incluso de abono.

Las cabras del ganadero José Ramón Vera ya se están alimentando con los brotes de caña o 'carrisos' en Valsequillo, de modo que obtiene sustento para sus animales al tiempo que contribuye a una labor medioambiental y de prevención de incendios forestales que ahorra medios humanos y recursos económicos públicos, subraya Didac Díaz, ingeniero técnico forestal del área de Medio Ambiente del Cabildo.

Por lo general, son los propios pastores los que indican qué lugares les interesa desbrozar y es ahí donde intervienen las cuadrillas del Cabildo. Sin embargo, el cañaveral rebrota tan rápido que el trabajo no tendría fin sin el mantenimiento que hace el ganado al pastar en las zonas desbrozadas, labor protagonizada por cabras, ovejas y hasta burros con la etiqueta genérica de 'ovejas bombero'.

La llegada a Valsequillo y la cumbre de esta labor conjunta del Cabildo y los 60 pastores con los que se ha llegado a un acuerdo, 35 de ellos para el caso concreto de los barrancos, se produce tras las intervenciones en Tocodomán, en La Aldea, con el ganado de Óliver Díaz, y en Los Olivos, cerca del Puente de la Angostura de Santa Brígida, en este caso con los animales propiedad de los ganaderos Enrique y Sonia. La próxima parada será el tajo que va de la Presa de la Sorrueda a Casas Blancas.

Junto a los barrancos, las cuadrillas se centran también en estas fechas en el vallado individual de árboles en la zona repoblada entre Cruz de Tejeda y Cruz de Los Llanos, afectada por los incendios de 2017, antes del paso del ganado trashumante para que elimine la maleza, sobre todo zarzas en este caso, respetando los ejemplares jóvenes de pinar en esta cresta, otro punto estratégico en el mapa de prevención de incendios.

Estas tareas suponen tan solo una parte del programa de limpieza de masa vegetal altamente inflamable del Cabildo que prosigue, entre otras acciones, con la eliminación de cañaverales a través del Consejo Insular de Aguas en Risco Blanco, barrio de la zona alta de Santa Bartolomé de Tirajana, o con la limpieza de hojas de palmera por parte de las Brigadas Forestales y Protección Civil en Casas Blancas, como ya hicieron en Arteara dentro de este empeño que no cesa en todo el año.