El Centro de Recuperación de Fauna Silvestre del Cabildo de Gran Canaria ha recogido este fin de semana tres aguilillas heridas, una con el ala rota, otra deshidratada y la tercera y más grave electrocutada, cuando a lo largo de un año se recibe una media de quince ejemplares.

El estado que más preocupa de cara a su recuperación y posterior puesta en libertad es el de la aguililla rescatada en el Barranco de la Mina con graves quemaduras, tan profundas que afectan a huesos, músculos y tendones, muy probablemente a causa de una descarga eléctrica tras posarse en un cableado de la zona, informa el Cabildo de Gran Canaria.

Otra de las aguilillas fue avistada junto a la GC-3, en las inmediaciones del Ecoparque Gran Canaria Norte, por un ciudadano que dio aviso al Cabildo porque el ave parecía atrapada tras el mallado que protege a la vía de posibles desprendimientos en las laderas.

Una vez en las instalaciones de Tafira, la radiografía reveló la rotura del cúbito de una de sus alas, se indica en un comunicado.

Los expertos barajan la posibilidad que la fractura se produjera cuando el águila intentó cazar un ratón o un lagarto, cuya abundancia en el lugar hace que acudan con frecuencia a esta zona de la isla. En este caso, el pronóstico también es bastante bueno, porque la fractura es limpia, el radio resultó indemne y la intervención fue inmediata.

La aguililla deberá permanecer tres meses con el ala afectada vendada e inmovilizada antes de afrontar un tratamiento recuperador y de fisioterapia de 1 o 2 semanas antes de su liberación.

La tercera aguililla de este fin de semana apareció en el Barranco de las Madres, en Firgas.

El ejemplar presentaba síntomas de deshidratación con el impacto contra algún cable como hipótesis más probable de su estado, aunque esta vez sin evidencias de electrocución, lo que eleva la probabilidad de supervivencia.