Las ayudas del Cabildo de Gran Canaria para sufragar la erradicación de combustible vegetal en fincas agrícolas en desuso en zonas de alto riesgo de incendio de Moya, Valleseco y San Mateo ya han permitido desbrozar y arar cerca de 100 parcelas que ocupan 25 hectáreas gracias a esta convocatoria financiada con 200.000 euros cuyo plazo de presentación de solicitudes se ha ampliado hasta el viernes.

Estas tareas resultan fundamentales para dibujar sobre el territorio un paisaje mosaico que reduce la potencia del fuego y facilita las labores de extinción en puntos clave como vías de evacuación de núcleos habitados, crestas para evitar el salto del fuego de un barranco a otro y lugares donde hace años que no se ha declarado un incendio y se acumula la maleza y con ella el alimento para las llamas.

Este plan impulsado por las áreas de Sector Primario y Medio Ambiente del Cabildo forma parte de los planes de prevención y lucha contra los incendios, riesgo que se encuentra ahora mismo en niveles muy altos por la alerta máxima por calor y porque la combinación de altas temperaturas, baja humedad, vientos y un estrés hídrico que aumenta cada día abre la denominada "ventana GIF" a los grandes incendios forestales.

Esta situación de alerta impide utilizar temporalmente desbrozadoras y cualquier elemento de ignición, maquinaria o herramienta cuyo uso pueda desprender chispas para despejar las fincas que se benefician de la ayuda para limpieza, prohibición que se extiende en realidad a cualquier actividad que pueda ocasionar un conato de incendio por una imprudencia.

Las personas que puedan acreditar que poseen terrenos aptos para la ayuda deben contactar con el Cabildo a través del correo cortafuegosagricolas@grancanaria.com y aportar la referencia catastral. Además, los técnicos de la Institución insular han atendido por esta vía las peticiones de información de vecinos que demandaban consejos para limpiar sus terrenos y los alrededores de sus viviendas.

Para el Cabildo, estas peticiones de información son fruto de sus campañas de sensibilización y de la mayor concienciación y percepción del riesgo en la población rural tras los últimos grandes incendios forestales.

La convocatoria de ayudas prima las peticiones que manifiestan el compromiso de poner en cultivo los terrenos de manera directa o por arrendamiento antes de mayo de 2021 y también las que asumen el compromiso de registrar la finca en el banco de tierras que impulsa el Cabildo.

La conservación de los terrenos privados abandonados corresponde legalmente a sus dueños, en muchos casos herederos, circunstancia que no les exime de su responsabilidad. Al no ser de titularidad pública, las instituciones se enfrentan a dificultades burocráticas y económicas para intervenir en ellos.

El Cabildo de Gran Canaria ha buscado una fórmula para afrontar la situación ante los riesgos de perpetuarla, en especial en el norte de la Isla, uno de los lugares de Europa más difíciles de defender del fuego por su volumen de vegetación y la dispersión de la población.

La acción contempla una segunda fase en 2021 que abarcará a los propietarios de fincas de Teror, Guía, Gáldar y Firgas. Este año se priorizaron Moya, Valleseco y San Mateo porque albergan una mayor carga de maleza en la actualidad.