| Pérdida de camas. Rafael Castellano y Manuel Luaces, gerente y asesor externo de Gesplan, respectivamente, advirtieron ayer de que Playa del Inglés corre el peligro de perder su condición de destino turístico para convertirse en una zona residencial obsoleta y con baja calidad de vida. Un estudio de Gesplan revela que Gran Canaria ha perdido más de 30.000 camas en la última década, la mayoría en San Bartolomé, y va camino de perder otras tantas, pues el 38% de las 74.000 plazas alojativas censadas actualmente están "inactivas".

| Comercios y restaurantes. Ante una treintena de empresarios, Castellano y Luaces señalaron que la reconversión de la oferta turística complementaria "es tan importante como la rehabilitación de la planta hotelera", pues una gran parte de los comercios, restaurantes y bares de Playa del Inglés responden a la estética y los gustos de los años sesenta y setenta del siglo XX.