El Cabildo de Gran Canaria da por cerrado del conflicto jurídico de la Variante de Bañaderos después de la sentencia negativa del Tribunal Supremo y propone al Gobierno autónomo que destine ahora sus recursos técnicos y económicos al tramo de carretera entre las localidades de Bañaderos y El Pagador, el único cuello de botella de la Autovía del Norte (GC-2) por el límite de velocidad a 50 kilómetros por hora.

La corporación insular no descarta que en el futuro se pueda soterrar la vía a su paso por Bañaderos o que se elijan trazados alternativos a la actual carretera, pero aboga por resolver primero los problemas de circulación en el tramo que atraviesa los barrios de Quintanilla, San Andrés, El Altillo y El Pagador. Así lo expresaron ayer el presidente del Cabildo, José Miguel Bravo de Laguna; el vicepresidente, Fernando Bañolas, y el consejero de Obras Públicas, Carlos Sánchez, quienes coincidieron en que la sentencia del Supremo debe ser el punto final de este conflicto porque ya se han perdido diez años en litigios.

"No se puede esperar más por esa carretera porque está retrasando el desarrollo de la comarca del Norte", señaló Bravo de Laguna, quien precisó que "aunque los técnicos del Cabildo tienen estudios al respecto, es el Gobierno canario el que debe formular la alternativa y parece que la que se está barajando es más respetuosa con el suelo agrícola". A su juicio, la sentencia del Supremo y la crisis económica no deja otra opción que utilizar el actual trazado desde la Granja Agrícola a la rotonda de Bañaderos.

Puesto que el tramo de San Andrés no presenta problemas jurídicos, el presidente del Cabildo consideró que el Gobierno regional debe declarar la urgencia de esa obra y utilizar el dinero que ya se había presupuestado para la Variante de Bañaderos.

Carlos Sánchez dijo que, tras la sentencia que tumba la Variante, "lo que interesa es mejorar las actuales vías y garantizar que el tramo que está ahora a una velocidad máxima de 50 kilómetros sea más rápido". Al respecto, en los planes del Cabildo se contempla una vía de servicio para garantizar la entrada de los vecinos a esos barrios y pasos aéreos para evitar los semáforos y pasos de peatones.