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in memoriam

La crónica participada

El vínculo de Carmelo Pérez con la Junta de Cronistas oficiales de Canarias fue breve, poco más de dos años a raíz de su nombramiento en 2018, pero al ser el cronista más joven, recién desembarcado en nuestra asociación, estaba lleno de perspectivas de futuro. Así lo percibimos en nuestro primer encuentro, tras una larga conversación ocurrida en pleno verano al borde de una playa del Sur, en su propia jurisdicción. Se presentó ante nosotros con una actitud de humidad y prudencia para indagar los caminos de la cronistía y conocer la manera de integrarse en nuestro colectivo que abarca todo el Archipiélago. Quería empezar su nueva función con pies de plomo, tratando de adaptarse a la filosofía integradora de los cronistas de nuestras islas. Por eso, en este momento en que nos disponemos a darle el adiós definitivo de manera sorpresiva, nos atrevemos a ofrecer, sin correr riesgos diletantes, tres pinceladas de su personalidad.

En primer lugar, Carmelo se nos presenta como un humanista cargado de valores cristianos. Con un sólida formación teológica, que proyecta de manera pragmática durante el ejercicio de la docencia en diversos centros de secundaria de nuestra Isla. El profesor conoce el escenario en el que se mueven los jóvenes estudiantes en estos tiempos en que la Iglesia atraviesa momentos convulsos. Sin embargo, ello no es óbice para seguir mostrando el fuerte lazo que desde su primera juventud mantiene con el compromiso social, del entorno inmediato. Un compromiso arraigado en las tierras del Sur, donde los habitantes han luchado entre los trabajos de la aparcería y el nuevo perfil laboral del mundo del turismo. El poblado de El Tablero, lugar de su nacimiento y residencia, es laboratorio de esta transición, a la que asiste Carmelo desde el minuto uno en que nuestra identidad se halla redefiniendo su perfil.

En segundo lugar, queremos destacar sus reconocidos trabajos de investigación sobre la muerte súbita, que se prolongan durante más de veinte años. Sobre ello escribió hasta una decena de monografías en las que trata de indagar sobre un gen que afecta a su propia familia y cuyos estudios, con el asesoramiento de cardiólogos de prestigio en nuestra isla, han logrado salvar muchas vidas. Subrayamos que el método y la tenacidad fueron los principios que guiaron a Carmelo Pérez para llevar a cabo su trabajo, que puede derivarse a otros campos del saber que conforman su prestigio académico. El trabajo La muerte súbita en la comarca de Tirajana, interdisciplinariedad entre genealogía, genética y clínica, fue recogido en su primera colaboración en el anuario 2019, nº 14, de Crónicas de Canarias que edita la Junta de Cronistas, y en el que abundó en el discurso de entrega del título de cronista por parte del Ayuntamiento tirajanero, en febrero de 2019.

Una tercera pincelada, directamente relacionada con su concepción de la crónica, es su proyecto recogido en el innovador concepto Crónica compartida, y que tanto el estado de alarma como ahora su prematura muerte han frustrado definitivamente. En el inicio del trabajo, Arguineguín y su devenir histórico. Apuntes (s. XVI-XIX), Crónicas de Canarias, nº 15, anuario 2019, escribe lo siguiente:"Estoy convencido de que la mejor crónica de una comunidad?la escribe la propi comunidad cuando ella se hace consciente de sí misma y de su propio acontecer. Entiendo que el cronista es el que, con todos, hace de la historia, de la cultura, de las costumbres, de la memoria colectiva un elemento dinamizador para que esa comunidad tome conciencia acerca de sí misma, de su devenir y de su proyección en el futuro". Su proyecto incluía la edición de medio millar de separatas de cada trabajo para compartirlas, y, en su caso, reformular contenidos por parte de los informantes que hubieran participado en el proyecto propio.

El municipio de San Bartolomé de Tirajana, la Junta de Cronistas oficiales de Canarias, en cuyo nombre expresamos estas pinceladas, y la cultura canaria hemos perdido una voz que nos hubiera enriquecido con su trabajo e ilusión.

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