En la compra de una lechuga puede estar el pan de todo un año. Leticia Monzón, la dueña de la frutería Nuez de Albaricoque, abierta estos días en la calle Manuel García Oliva del barrio teldense de Picachos, ha decidido dar un primer impulso a su local con una curiosa iniciativa: sorteará un empleo entre los primeros 200 clientes que dejen su currículo.

"Me parecía una buena idea dada la situación actual", se justificaba ayer esta joven vecina de Malpaís, que en noviembre se lió la manta a la cabeza y optó por convertirse en empresaria. Por lo pronto, candidatos no le faltan. Este jueves ya tenía 40 historiales sobre la mesa. "Cuando tenga 200, haré un criba y luego, el sorteo", avanzaba. El único requisito para participar en él: tener el carné de manipulador de alimentos.