La multinacional sueca Ikea montará su nueva tienda de muebles en otro punto de Gran Canaria que no sea Telde si no se superan en un mes los problemas burocráticos que mantienen paralizadas las obras de su nueva sede en La Mareta.

Así al menos lo confirmó ayer a este rotativo un portavoz autorizado de la firma, quien recordó que el proyecto, que prevé una inversión de 25 millones de euros y la creación de más de un centenar de puestos de trabajo, se encuentra bloqueado desde que el 18 de abril un técnico municipal elaborase un informe en el que daba cuenta de un "exceso de ocupación" en las labores de excavación de la parcela de 8.000 metros adquirida, al sur de Alcampo, por los dueños de la franquicia en el Archipiélago.

El consistorio bendijo a finales de año el arranque de las obras, pero meses después -tras una revisión pormenorizada del plan parcial que rige en La Mareta y la aplicación de los retranqueos contemplados por la ordenanza comercial K-1- se llegó a la conclusión de que los promotores sólo podían horadar 6.000 de esos 8.000 metros, dejando un espacio circundante alrededor del solar para la habilitación de aparcamientos y reduciendo la edificabilidad a 9.000 metros. Ikea, que ya había empezado con la cimentación del edificio tras concluir el desmonte, entiende que este error es subsanable a través de una modificación de la normativa "por cuanto en las dos plantas bajo rasante ya se habían previsto un total de 450 estacionamientos".

Poco espacio

La dirección de la multinacional, que desde un principio entendía que el terreno elegido era "muy justo", dio a su franquicia en abril un ultimátum de tres meses para desbloquear este asunto, que pasaría por la búsqueda de una solución en los despachos entre ambas partes.

La sociedad no descarta abandonar el proyecto de Telde e intentar instalarse en otro punto "aunque haya que gastarse el dinero en otro terreno". Por lo pronto, ya ha trascendido que el nuevo alcalde de San Bartolomé, Marco Aurelio Pérez, ha mantenido contactos con Ikea para comunicarle que tendría "todas las facilidades del mundo" si la inversión en Telde se viene abajo y busca otro lugar.