El proyecto de recuperación de la Lotus kunkelii ha dejado de ser una quimera. Tras 13 años en el ostracismo, el plan ideado en la década de los 90 para evitar la desaparición de esta planta endémica, imposible de encontrar en otro punto del planeta, ha comenzado a ejecutarse gracias al convenio suscrito entre el Parque Marítimo de Jinámar y la Consejería de Medio Ambiente del Cabildo, comandada por María del Mar Arévalo.

Bajo esa intención, la de preservar una joya botánica en peligro de extinción, se pergeñó en su idea una ambiciosa actuación en la costa de Jinámar en la que los ecologistas defendían, por encima de todo, un proyecto para impedir la muerte definitiva de la yerbamuda, nombre común con el que se conoce a la lotus.

Los problemas burocráticos y un litigio judicial que se prolongó durante años dilataron la llegada de los tractores. Luego, los dos centros comerciales dibujados en los planos se levantaron en un tiempo récord, y ahora es cuando se ha venido a cumplir con el espíritu inicial reflejado en la propuesta.

En concreto, el Cabildo ha licitado un paquete de varias actuaciones que contemplan la eliminación de un muro en el borde de la playa de Jinámar, la construcción de 22 aparcamientos, la realización de medidas para recuperar el relieve que antiguamente tenía el lugar -con un gran campo de dunas hace apenas medio siglo, según varios botánicos- y la delimitación de una zona de vallado exclusivo en este enclave, que mide 300.000 metros cuadrados y tiene la categoría de Sitio de Interés Científico (SIC) por la presencia del endemismo. Para una parte de estas obras se dispone de un presupuesto de casi 400.000 euros. La intervención acabará a finales de 2012.

Los técnicos también se afanan estos días en el despliegue de goros protectores para ayudar a la reproducción de balancones, plantas típicas del sistema dunar. En cartera también se encuentra la idea de eliminar las cinco chabolas que aún se mantienen en pie en este enclave degradado en las últimas décadas por la aparición de un vertedero y la extracción masiva de arena (de hecho, la cota en el lugar ha bajado desde los 16 a los nueve metros sobre el nivel del mar). En el futuro, el SIC de Jinámar dispondrá de un centro de recuperación y podrá ser visitado.