C uando en el año 1927 el ministro de Gracia y Justicia, Galo Ponte y Escartín, llegó a La Aldea de San Nicolás a poner orden en el pleito que sufría el pueblo, los aldeanos le recibieron con tal jaleo, concurrencia y asistencia como cuando Armstrong, Edwin Aldrin y Michael Collins regresaron de la Luna, con la diferencia de que el ministro en vez de en cohete llegó al centro del pueblo montado en un camello.

Ayer, otro ministro de España llegaba a la presa de Chira, y si no es que arribaba al muro en cinco coches, como el que llega en cinco partes distintas, el personal que a esa hora paseaba o pescaba, ni incluso los patos, se hubieran fijado en el fenómeno. Y es que los ministros ya no son como antes. "Afortunadamente", sentenciaba un grupo de Valsequillo que casualmente estaba a esa misma hora en el muro.

Miguel Sebastián, en titulares estos días por unas ruedas que él dicen que existen y los fabricantes que no, se plantó ante el grupo y se ofreció a sacarse una foto con estos valsequilleros que, para más inri, tenía socialistas declarados en su composición.

Eran Pino Pérez, María Teresa Cruz, Manuel Ramírez, Pedro Pérez, Ana del Pino Toscano y Juan Miguel Galván, repasando las cámaras a ver qué tal había salido la foto. "Así da gusto", confesaba Pino Pérez, hablando sobre el que era su primer ministro o, mejor, el ministro que primero había tenido cerca. Pero eso no fue lo que más llamó la atención al personal. Fue su resistencia hipotérmica, bajado del coche a camisa gentil.

"Es que vengo de otra temperatura, José Miguel", le explicó al presidente del Cabildo cuando chocaron esos cinco. Y ya puestos en impresiones, Miguel Sebastián comunicaba no sin asombro el paisaje por el que ascendió a las altura, ayer espléndido con unas margaritas de la tierra a pleno rendimiento y unos tajinastes en posición que le obligaron a un cisma: "He sentido envidia de los ciclistas y senderistas y he llegado con la ventanilla bajada a pesar de gastar más energía", lo que da cierta cuenta de las penurias que está pasando en petróleo este país.

Y tirón de orejas para la promoción turística de Gran Canaria. El ministro confesó que "nunca hubiera imaginado" esta isla interior que sería bueno difundir bastante más.