Cuarto y, probablemente, último día de nieve, ayer jueves, en la cumbre de Gran Canaria tras la surtida nevada caída durante el lunes, y también el martes, aunque con menor intensidad, en las parte más alta de los municipios de San Mateo y Tejeda.

Ayer el trasiego de vehículos que hacían la ruta para disfrutar del fenómeno era mucho menor que en jornadas anteriores y los curiosos tenían que adentrarse a las zonas de zona entre pinares para encontrar una muestra de lo acontecido desde principios de semana.

Hoy, según fuentes del Consorcio Insular de Emergencias en el parque de San Mateo, puede que quede "alguna calva", pero que, según la misma fuente, irá desapareciendo a lo largo del día, si es que llega a primeras horas de la tarde.

El Cabildo de Gran Canaria también abría tras varios días cerrada, la vía de acceso al Pico de las Nieves. Un ejemplo de la menor afluencia era la ausencia de dispositivos de la Guardia Civil a lo largo de todo el trayecto y el fin del 'circuito de nieve ' establecido desde principios de semana con la carretera entre Cruz de Tejeda y el cruce de Llanos de la Pez exclusivamente transitado como subida y la bajada única por San Mateo.

A partir de hoy comenzarán a subir poco a poco las temperaturas, tras un jueves que amaneció con mucho frío a partir de los 500 metros de altitud: como los poco más de 9 grados de Firgas o los 11 grados de la villa de Teror. En el sur, en Maspalomas, la mínima de ayer jueves fue de 13,1 grados, que es casi la máxima registrada en el pueblo de Tejeda, con 13 grados. En Telde, por la mañana, se registraban unos 18 grados que combinado con un viento racheado de 30 kilómetros por hora hacía la jornada desapacible.

Destacable también era el viento, ayer, registrado en el litoral del municipio de San Bartolomé de Tirajana, con rachas de hasta 53 kilómetros por hora, lo que incrementaba la sensación de frío antes de la llegada del mediodía.

Pero más destacable aún es el paisaje que ha dejado, y dejará todo este fin de semana, todas y cada una de las rutas que llevan a la cumbre. La humedad persistente durante casi una semana de agua han hecho explotar la vegetación en una época que solo estaba esperando un buen riego para estallar. Además, las presas ofrecen un reclamo tan potente como la propia nieve, todas a rebosar, excepto el enorme vaso de Soria.