Las luces de alarma sobre el declive de Playa del Inglés y San Agustín se encendieron hace más de una década, pero las sucesivas medidas para mejorar esos enclaves turísticos apenas han tenido efecto. En toda la franja costera, desde la Playa del Águila hasta el Barranco de Maspalomas, todavía se pueden ver los restos del antiguo esplendor turístico, como el Hotel Monte del Moro, en el acantilado de Morro Besudo, que a pesar de estar en ruinas sigue teniendo la que probablemente sea la mejor vista del Sur de la isla. Sus dueños lo abandonaron y la propiedad está ahora a merced de las ratas.

Los apartamentos de los alrededores no están mucho mejor, pero siguen ocupados por turistas o residentes fijos. Varios locales comerciales presentan la misma imagen. Los negocios se cerraron y nadie se ha preocupado del mantenimiento de los edificios, que lucen desconchados en las paredes, letreros a medio caer, farolas rotas y cables sueltos.

Un dato refleja el declive de San Bartolomé de Tirajana: en los últimos años se han cerrado más de 200 restaurantes. El deterioro también afecta a las actividades del ocio, tanto que el parque acuático de la Playa del Inglés se ha convertido en el icono de los problemas del turismo.

El tobogán abandonado en medio de la ladera, con un bar que se asemeja a una chabola, es una parada obligada para todos los políticos que visitan el municipio. Decenas de representantes públicos tienen allí una foto y han prometido acabar con el engendro, pero allí sigue para estupor de los miles de turistas que pasean cada día por la avenida marítima.

Esa parcela, al igual que el Monte del Moro, es uno de los ocho puntos negros identificados por el Cabildo de Gran Canaria en el Plan Territorial Parcial para la Regeneración de Playa del Inglés (PTP-8), otro intento de poner orden en el sector turístico ante la incapacidad del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana o de los tribunales de justicia. Otro dato: los funcionarios municipales sólo atienden en tiempo y forma un tercio de las solicitudes que llegan al Consistorio.

Insostenibles

Los otros "enclaves insostenibles" reconocidos por los planificadores del Cabildo son los centros comerciales Anexo II y Oasis, el Hotel Santa Mónica, numerosas edificaciones de la cornisa, los chalets de Playa del Águila que invaden la servidumbre de paso y cortan el paseo marítimo, el antiguo Edificio de Viajes Insular y varios complejos de apartamentos de la Avenida de Tirajana.

En algunos puntos negros, como en el tobogán o el Hotel Santa Mónica, se propone la destrucción de las edificaciones y la recuperación de esas parcelas para uso público. En otros se plantea "la eliminación o la transformación radical", aunque el Cabildo reconoce las dificultades económicas o jurídicas que conllevan.

El análisis de la situación de los centros comerciales también es demoledor. El PTP-8 concluye que "es mala" en Morro Besudo, Águila Roja, El Veril, Metro y Kasbah. Los de San Agustín, Plaza de Maspalomas, Yumbo, Cita y Oasis, están "regular". Sólo están en "buena situación" el Tropical y el Anexo II, aunque todos necesitan un rediseño. En el caso de Cita propone demolerlo íntegramente. Al deterioro urbanístico de los centros comerciales se añaden los ruidos nocturnos y los botellones de fin de semana, que impiden el descanso de los visitantes e incluso el acceso en vehículo hasta la puerta del hotel.

La rehabilitación de la planta obsoleta ha sido un fracaso. Apenas media docena de hoteles o complejos de apartamentos de Playa del Inglés se han renovado de forma total y otros pocos han hecho alguna reforma. Los demás continúan con su progresivo deterioro, especialmente los más antiguos de la Avenida de Tirajana, hasta el punto de que ya están fuera del mercado turístico. Un tercio de los apartamentos se han convertido ya en viviendas.