Seis maestros de Santa María de Guía, José Juan Jiménez, Teresa Mederos, Sebastián Gordillo, Rufino Machín, Antonio Álamo Suárez y Antonio Álamo Ramos, recibieron el reconocimiento del Ayuntamiento de la ciudad con motivo de sus jubilaciones tras décadas de docencia en el municipio norteño.

En un acto presidido por el alcalde de la localidad, Pedro Rodríguez, los profesores han sido los protagonistas en la vida escolar de uno de los centro educativos, el actual Instituto de Educación Secundaria de Guía, más emblemáticos de la comarca norte, que hoy día imparte clases a más de mil cien alumnos a través del trabajo de más de un centenar de profesores y que desarrollar materias que no ofrecen en el resto de la zona, como administración y finanzas, automoción, electricidad y buena parte de la rama sanitaria.

Estas cifras y actividades hacen del conocido popularmente como Instituto de Guía -antiguo Instituto Laboral-, uno de los núcleos educativos más grandes de la isla y los seis galardonados, como dejó dicho el alcalde la ciudad, tienen algo que ver en ello. Es el caso, por ejemplo de Antonio Álamo Suárez, al que el Ministerio del Ejército no aprobó su ingreso "al considerar que mi bachiller cursado no era el idóneo" y que terminó su carrera profesional nada menos que como catedrático en Matemática por concurso de méritos en 1993, después de un currículum que pasó de las clases particulares en los años 60 a dirigir la Formación Profesional del colegio de los Salesianos.

Otros, como Rufino Machín, han sido los encargados de formar a los alumnos de primaria, cantera del instituto. Machín además, confeso hombre de campo, es uno de los pioneros en sacar a los pequeños a su entorno, igual para conocer el cuidado de los animales como para hacer prosperar un huerto o hacer fuentes o pajareras, consiguiendo coincidir el calendario escolar con las mismísimas estaciones agrícolas.

En el colegio de Casa Aguiar saben mucho de eso, precisamente. Teresa Mederos y Sebastián Gordillo dedicaron su vida a este centro, del que quedan "vinculados para siempre". Mederos porque ha podido ver crecer en los mejores años de su desarrollo a varias generaciones de escolares, desde enanos a galletones, y Gordillo, al frente del comedor y como jefe de Estudios, actuando como capataz de un batallón de más de 300 alumnos a los que les preparaba la minuta, además de formarlos en las distintas materias, especialmente Lengua Española.

Marcha Verde

José Juan Jiménez por su parte -y de vuelta al IES de Guía-, tiene en su retina académica los viajes a la isla de La Palma, para visitar la sede del Diputado del Común, y también a las vistas de lo laboral para que sus alumnos vivieran en directo el desarrollo de las asignaturas que impartía y para de alguna forma "materializar" lo que salía por los folios de la materia.

Pero para viajes que contar los de Antonio Álamo Ramos, biólogo de licenciatura y vocación, con un periodo de docencia en un Sáhara del que tuvo que salir por culpa de la histórica Marcha Verde para luego quedarse en Guía durante unos 20 años, con una dedicación que, como a sus cinco compañeros, le ha sido ahora justamente reconocida.