El Cabildo de Gran Canaria utilizará halcones y emisores de sonidos de rapaces y ultrasonidos para ahuyentar a las palomas que corroen la toba volcánica del Cenobio de Valerón, en Guía.

El principal reto es frenar en seco el ataque de bacterias y hongos que desatan alteraciones químicas que desgastan la estructura pétrea de este Bien de Interés Cultural, para lo que se acomete ya la limpieza y desinfección en profundidad del espacio.

Para controlar la colonia de palomas del granero que excavó la población aborigen e impedir la acumulación de excrementos, plumas y cadáveres de aves en descomposición, un cetrero se desplazará hasta el lugar dos días consecutivos cada dos semanas, para que las palomas asocien que dos halcones anidan en el granero y sirva de efecto disuasorio.

El Cabildo asegura en un comunicado que esta técnica ya se ha probado con éxito en otros enclaves de alto valor patrimonial para las islas, como la Casa de los Coroneles de Fuerteventura.

El apoyo de la pareja de halcones forma parte de un plan acorde a la normativa de control de palomas que incluye la retirada de nidos y la colocación de jaulas-trampa en diferentes zonas del granero para la posterior contabilización del número de ejemplares, una labor que realizará el colombófilo guiense Jacinto Reina.

Este proyecto para ahuyentar a las palomas del Cenobio de Valerón contempla también la instalación de un aparato emisor de sonidos ultrasónicos molestos para las aves y otro de sonidos de rapaces que se activan con sensores de movimiento. Las deyecciones de paloma constituyen un grave peligro para la conservación del patrimonio por el efecto corrosivo de sus ácidos úricos y fosfóricos.