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La ‘lujaniana’ Virgen de las Mercedes se estrenó en 1802

Guía venera la onomástica de este 24 de septiembre con una de las mejores tallas del imaginero | Fue costeada por los hermanos clérigos Montesdeoca

La ‘lujaniana’ Virgen de las Mercedes se estrenó en 1802

Celebra hoy la iglesia la festividad litúrgica de la Virgen de Las Mercedes o de La Merced, que Guía venera una de las mejores tallas marianas de Luján Pérez. La Virgen de las Mercedes de aquella parroquia -talla que según el desaparecido Jesús Hernández Perera rivaliza con la de La Antigua de la Catedral de Santa Ana- fue esculpida por el imaginero guiense en 1802 por encargo de los hermanos clérigos Gaspar y Lorenzo Montesdeoca para sustituir otra antigua que se veneraba en aquella iglesia por lo menos desde principios del siglo XVIII, como consta en los inventarios parroquiales, concretamente en uno realizado en 1730.

El altar donde se veneraba era el que está al principio de la nave del Evangelio (donde hoy se venera la imagen igualmente lujaniana de San Sebastián, retablo objeto en la actualidad de reforma) pues así se hace constar en otro inventario al señalar que “se encuentra frente al de Ánimas”. En 1772 fue trasladado a la cabecera de dicha nave izquierda donde se encuentra en la actualidad, siendo Gaspar mayordomo de la Cofradía de la Merced, sobre la que ya consta su existencia al menos en 1757.

La imagen se estrenó el 24 de septiembre de 1802 y con ese motivo se organizaron unas fiestas extraordinarias con iluminaciones y enramadas tanto en el templo como en la plaza, pues los hermanos Montesdeoca costeaban las mismas desde hacía años en una de las cuales, Tejera dixit. Viera y Clavijo se sorprendió de la soltura e inteligencia demostradas por uno de los monaguillos, llamado Pedro Gordillo, en unas loas interpretadas por niños que tenían como escenario la plaza y más concretamente los bajos del balcón de la todavía conocida como Casa de los Quintana, a quien tomó como protector y lo llevó a la ciudad para que siguiera los estudios en el seminario.

La imagen y el Niño se encontraban hace unos pocos años sin el obligado escapulario mercedario que colocó el propio escultor y que tuvo desde principios del siglo XIX

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Hecha la anterior y obligada introducción debemos advertir con lástima que dicha imagen y el Niño se encontraban hace unos pocos años sin el obligado escapulario mercedario que colocó el propio escultor y que tuvo desde principios del siglo XIX. Esta cuestión nos llevó a indagar sobre la carencia de aquellas insignias en la composición iconográfica de esta advocación, conociendo entonces que cuando fue trasladada desde Guía a Las Palmas de Gran Canaria en el año 2004 con motivo de la exposición montada en la catedral titulada La Huella y su Senda ya se advirtió la ausencia de aquellas prendas en el templo catedralicio.

Preguntamos a algunos de los responsables de la muestra y manifestaron que “se habían quedado en Guía pues tenían allí el temor de su extravío en el traslado”. Retornó la imagen al pueblo y seguimos advirtiendo su desaparición. Entonces se nos dijo en la parroquia guiense “que, al parecer, se perdió en su traslado a Las Palmas”, lo que hace suponer que en aquella época los responsables respectivos interpretaron que el extravío se había materializado en uno o en otro lugar.

Ante la evidencia de la pérdida de dichas prendas nos resistimos a creer que desaparecieran por arte de magia, y resulta poco probable su extravío dentro del cajón en que se trasladó a la ciudad, por lo que presuntamente nos inclinamos a pensar que quedara en poder de alguna persona celosa de que aquel complemento pudiera perderse.

Y nos viene a la memoria aquel pasaje recogido en un informe enviado al Obispado en 1742, por el entonces beneficiado de dicha parroquia Rodríguez Déniz, referido a un hecho parecido al que nos ocupa en estos momentos, cuando relata que “de las perillas de plata de las andas de Nuestra Señora se hurtó una y apareció un pedazo en poder de un platero a quien se la había vendido el agresor y para evitar el notable escándalo que se podría seguir en las averiguaciones de este hurto, movido por la caridad y devoción a la Virgen de Guía, hice yo dicha perilla poniendo la plata que faltaba y pagando le hechura de mi caudal...”

Hace también algunos años comprometimos al historiador eclesiástico Julio Sánchez -autor de un hermoso libro sobre la tradición de la advocacion mercedaria en las islas- para buscar los escapularios para dicha imagen entre algunos de los conventos mercesarios de la Península, gestiones que dieron su fruto y con aquellas prendas aparece en la actualidad la Virgen de las Mercedes de Guía, advocacion que hoy precisamente, 24 de septiembre, celebra su onomástica.

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