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Santa María de Guía acumula tres meses soportando una fuerte plaga de moscas

El Partido Popular destaca que en Gáldar se solucionó el mismo problema “en 48 horas”

Una vecina de Guía enseña la última de las tiras contra las moscas colocada en su vivienda.

Desde al menos la mitad de julio buena parte de Guía está sufriendo una plaga de moscas que ha hecho del vecindario un colectivo hoy experto en todo tipo de artefactos para combatirla.

Las primeras quejas surgían en La Atalaya y Becerril haciéndose eco de un “insoportable olor a estiércol y la cantidad de moscas procedentes de una finca cercana al barrio”, como le hacían llegar las quejas al concejal del PP, en la oposición, Alejandro Rivero Díaz, a través de las redes sociales.

Una situación que se iba extendiendo por el municipio, y también en el tiempo, ya que a principios de esta semana y a pesar de que la densidad de insectos había decaído algo, el problema era claramente visible en lugares como el Albercón de La Virgen, en el cruce de La Atalaya o en las inmediaciones del colegio Salesiano.

“En La Atalaya apesta a gallina, pero es que arriba, en el barrio de San Juan, están aún peor”, afirma un joven guiense, asegurando que en verano “se ha vivido un infierno”. En cualquier casa donde se recabe información se apuntala el caso enseñando, “el producto estrella en Guía”, que no es otro que las clásicas tiras de pegamento y que se gastan del orden de varios paquetes a la semana, todas ellas con más negro que amarillo.

A eso se añaden artefactos como una raqueta eléctrica que añade a la clásica pala de toda la vida una definitiva descarga eléctrica, al que se añade el plato con miel.

Los populares, en la oposición, exigen regular el estercolado de las fincas agrícolas

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“Una cosa de locos”, afirma el concejal Rivero, quién solicitó el lunes 28 de septiembre tratar el asunto por la vía de urgencia en el pleno ordinario y “el alcalde se negó, incumpliendo el reglamento”.

El edil contrapone esta actitud a la del alcalde de Gáldar, Teodoro Sosa, “que ante un caso similar en una finca de Sardina automáticamente mandó al veterinario municipal y ordenó que 48 horas se solucionara el tema”.

También destaca que en un reciente acto en Los Salesianos que incluyó la visita del presidente del Cabildo, Antonio Morales, “las moscas y el olor a estiércol era de órdago, y de hecho propusimos la semana pasada un plan de ocho medidas para controlar los vertidos de abono de origen animal, para que se regule el estercolado como existe en otros municipios como Los Realejos, donde lo tiene controlado al milímetro”.

Sin embargo, el alcalde de la localidad, Pedro Rodríguez, asegura que la situación no es tan grave, que las zonas de mayor incidencia se centran en Llano de la Parra, el Albercón de la Virgen, El Gallego, San Juan y Los Sauces, y que sus servicios municipales han ido actuando en distintas zonas en las que han detectado “montañas de estiércol”, procediendo a su enterramiento para evitar la proliferación de insectos.

En este sentido apunta que la última intervención tuvo lugar este pasado fin de semana en la zona de Llano de Alegre, lo que achaca a la menor incidencia de la plaga.

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