Llevo años viendo, con regocijo, como mejora el acceso a distintos pueblos de Gran Canaria y pienso… pronto le tocará a Teror, que es el pueblo donde está la patrona de la Isla. Pero, ese día no llega. Y cansada de esperar que Teror se convierta en el pueblo que todos los canarios y canarias y todos los visitantes que se acercan hasta él nos merecemos, me he animado a escribir estas letras.

Dice una frase muy popular entre los canarios: “Todos los caminos llevan a Teror”. Y ciertamente, a este pueblo del centro de la Isla se puede acceder desde diversos puntos de la geografía insular, pero cualquiera de los accesos por los que entramos a Teror, hoy en día, se caracterizan por su abandono y descuido.

Empezaré por el acceso desde Las Palmas; no hay más que llegar a la rotonda que se sitúa pasando el barrio de Miraflor y observar que está llena de hierbas secas y rastrojos, al igual que la que está pasando el viaducto. Y, qué decir de la entrada al pueblo, donde los parterres están presididos por una hilera de contenedores de basura que le dan la bienvenida al visitante, a pesar de que cruzando la calle hay un aparcamiento público, por cierto, sin asfaltar, en el que se pueden situar los mismos de una manera discreta (como en Tejeda).

En otro de los parterres de la entrada, situado al lado de la gasolinera, decorado con un arado y un yugo, este último es casi invisible, tapado por la vegetación y los alrededores están invadidos por las cañas. Desde este mismo acceso, si nos desviamos por San Matías, nos encontramos con que las malas hierbas se adentran en la calzada y tenemos que invadir el carril contrario, para que no nos rocen el coche. Continúo por el acceso desde Arucas y Firgas, donde la pequeña rotonda que hay en el cruce de Los Castillos está invadida también por las cañas.

Y, qué decir de la entrada al pueblo, donde los parterres están presididos por una hilera de contenedores de basura que le dan la bienvenida al visitante, a pesar de que cruzando la calle hay un aparcamiento público.

Al llegar a la Avenida del Cabildo Insular nos encontramos con otra rotonda y accesos descuidados, además de una avenida llena de baches y aceras sin adoquines o con adoquines puestos por los vecinos, cada cual a su manera. Parece mentira -pero es verdad- que una de las principales arterias de acceso a Teror mantenga este estado tan deplorable y para “mayor gloria” del organismo que debe cuidarla y mantenerla, se llama Avenida del Cabildo Insular. ¡Que paradoja!

Si accedemos a Teror través de la carretera que nos une con la Vega de San Mateo, entre otros municipios, nos encontramos que en el cruce hay una pequeña parcela donde, con motivo de la bajada de la Virgen del Pino desde Valleseco el pasado 20 de octubre de 2019, se plantó un pino canario para celebrar ese acontecimiento, dicho pino, único vestigio verde de este espacio, está rodeado de hierbas secas y rastrojos. En esta parcela, por darles una idea, pueden construir una réplica de la Fuente Agria, o levantar un monumento que recuerde el hermanamiento con el municipio de Candelaria (Candelaria tiene una plaza dedicada al hermanamiento con Teror), aunque creo que en Canarias hay arquitectos y escultores más cualificados que yo, que darían ideas brillantes de obras que se pueden realizar en este lugar y en general, en todos los accesos a Teror para realzar su belleza. Desde este cruce parte la calle inaugurada como Avenida de la Virgen del Pino o “Avenida de la Valla Verde” -elemento decorativo muy común en Teror- y digo esto, porque hay muchas maneras de embellecer una avenida. Y si no, que se den un paseo por Artenara o Tejeda, para que se den cuenta de que otras alternativas son posibles. El acceso a Teror desde Valleseco pasa desapercibido y es un ejemplo más de la escasa voluntad de mejorar los accesos a nuestro pueblo.

Mención aparte merece el acceso a Teror a través de la carretera de San José del Álamo, mejor dicho, el no acceso, ya que lleva cortado desde noviembre de 2018, sí, casi dos años por derrumbe, sin que nadie haga nada. Y cuando digo nadie, me refiero tanto al Cabildo como al Ayuntamiento, ya que una institución dirá que la competencia es de la otra y viceversa, pero se trata de llegar a acuerdos por el bien común.

Después de tantos años, en el mes de julio se ha llegado a un acuerdo entre ambas instituciones para arreglar tres rotondas en la carretera hacia Teror, pero, ¡señores, Teror es algo más que tres rotondas! Se trata de limpiar y embellecer todos sus accesos y que de una vez por todas se convierta Teror en el lugar al que todo visitante desea llegar, sea cual sea el punto de la Isla desde el que nos visita y utilizando cualquiera de los accesos.

Por otro lado, quiero hacer referencia al abandono total de los barrios en cuestión de limpieza de aceras y calles, a pesar de que el Ayuntamiento tiene al servicio del ciudadano una aplicación en la que podemos presentar quejas. Parece que no es efectiva, ya que a principios de este año y nuevamente el día 8 de julio, me he quejado del lamentable estado en el que están las calles del barrio en el que vivo, El Secuestro, y pasa el tiempo (meses) y no se ha solucionado el problema. Eso sí, las malas hierbas siguen creciendo, hasta alcanzar el metro y medio de altura. Gracias a algunos vecinos que limpiamos las aceras que están delante de nuestras casas podemos transitar por las mismas y acceder a nuestras viviendas, de lo contrario, como muestran las fotografías, sería del todo imposible.

Quiero terminar apelando al sentido común de las personas responsables de los organismos competentes en preservar nuestro patrimonio histórico y aquellas señas de identidad que son parte de nuestra historia. Y les invito a que den un paseo desde el camino que va desde la Vuelta del Hoyo a la Fuente Agria y observen el desastroso estado en el que están los lavaderos y la acequia que allí existían. Es lamentable comprobar como el antiguo lavadero se encuentra lleno de escombros.

Por todo ello, quiero hacer un llamamiento a las personas que dirigen los organismos y administraciones competentes en resolver las deficiencias expuestas para que lleguen a un acuerdo, y no utilicen, como excusa, la frase: “es que no es competencia mía”. Y hagan lo “imposible” por entenderse y acometer cuantas obras fueran necesarias para embellecer todos los accesos y lugares emblemáticos de Teror, no obstante, deberían empezar por mantenerlos limpios.

Hace 17 años que resido en Teror, un pueblo entrañable y acogedor, que bien merece optar a ser uno de los pueblos más bonitos de España, pero creo que solo será posible si mantienen un servicio de limpieza constante y ejecutan las obras de embellecimiento que precisa Teror y merecen sus visitantes y habitantes.

Comencé esta carta, con una frase de la canción ¡Ay Teror! de Néstor Álamo, que espero que algún día se haga realidad y quiero terminarla con otra frase de esa canción, que es de justicia que diga porque sí es realidad… ¡Qué bonita está la Virgen en lo alto de su altar!Pasa a la página siguiente >>