Una testigo ha asegurado ante la Audiencia de Las Palmas que vio la paliza que recibió el vendedor ambulante senegalés S.M.M. la noche del 8 de enero de 2011 en el supermercado del centro comercial de Puerto Rico (Gran Canaria) por uno de los dos policías locales a los que se acusa de un delito de tortura y otro de lesiones.

En la primera sesión del juicio que se sigue contra Gilberto J.M.R y Carlos J.H.R., esta testigo -trabajadora del supermercado-, ha indicado al tribunal que no recuerda a los acusados porque ha pasado mucho tiempo, pero que el que le dio la paliza en el local llevaba una placa en el pecho y llegó a apuntar a la víctima con una pistola que guardó cuando otro trabajador le advirtió de que había cámaras.

Según su testimonio, el joven senegalés entró corriendo en el supermercado y cayó al suelo porque el hombre que le perseguía le puso una zancadilla y, a partir de entonces, comenzó a darle patadas en el estómago, en la espalda y en la cara, momento en el que se percató de que llevaba botas altas y una placa de policía en el pecho.

La testigo ha afirmado que se asustó, que el chico tenía sangre en una mano y en la cara, y que recuerda que le dijo que no le pegara más, así como que el policía lo arrastró y lo sacó “como colgando” del supermercado, y que posteriormente vio en la puerta al otro acusado.

Sené M.M. ha relatado que ese día se encontraba vendiendo collares en una terraza junto a un restaurante del centro comercial de Puerto Rico, cuando fue sorprendido por el acusado Gilberto J.M.R., que iba de paisano y, sin identificarse, que lo cogió por la camisa, por lo que salió corriendo porque no quería que lo llevaran al “cuarto oscuro”, donde sabía que el día anterior habían pegado a un familiar. El vendedor ha contado que logró bajar a otra planta del centro y meterse en un supermercado, perseguido por Gilberto J.M.R., quien le puso una zancadilla y al caer al suelo comenzó a darle patadas, hasta que el policía lo sacó a la puerta, donde llamó al otro acusado porque se resistía a levantarse, pues temía que le llevaran al “cuarto oscuro”. Así mismo, ha indicado que mientras se lo llevaban él pedía a la gente que llamaran a la Guardia Civil.

Según su versión, los dos policías lo agarraron por el cinturón y boca abajo, y fue así como llegó medio a rastras al “cuarto oscuro”, una antigua oficina de Turismo situada a unos cien metros del centro comercial que era utilizada por la Policía Local, ha explicado el abogado de la acusación. Una vez allí, los dos acusados le siguieron pegando y con una porra le partieron un brazo, ha señalado el vendedor, quien dijo que después llegaron dos policías de uniforme y que fue la Guardia Civil quien lo trasladó al centro de salud y después agentes de la Policía Local lo acompañaron hasta el hospital.

Sené M.M., ha sido el primero en declarar en el juicio que ha comenzado este lunes contra Gilberto J.M.R. y Carlos Javier Hernández Ramírez, para quienes la Fiscalía y la acusación particular, ejercida por el vendedor, piden una condena de siete años y medio de prisión y 10 de inhabilitación por un delito de torturas y otro de lesiones.