La Asociación Amigos de Bandama ha dirigido un escrito al Cabildo de Gran Canaria en el que plantea la necesidad de que se adquiera el lagar comunal de El Caserío para asegurar la pervivencia de este importante legado de carácter etnográfico, a la vez que expresa su alarma por el deterioro a que se ve sometido el Monumento Natural de Bandama, sobre el que el Cabildo tiene la obligación legal de atender su buen estado de conservación.

El colectivo ciudadano recuerda que la Caldera y el Pico de Bandama constituyen una pieza de enorme relevancia en el paisaje de la isla, donde se dan cita valores geomorfológicos, ecológicos, paisajísticos y etnográficos. Sus múltiples cualidades van desde constituir desde el punto de vista vulcanológico la más grande y reciente (2.000 años) estructura fruto de una violenta erupción, a suponer el biotopo de bosque termófilo con más biodiversidad de la isla (más de 170 especies vegetales y unas 22 especies de avifauna).

Sus valores arqueológicos se remontan al establecimiento en la ladera poniente del Pico de un poblado troglodita y un silo fortificado, a lo que hay que añadir su paisaje de viñedos y bodegas creciendo sobre el negro picón del más sobresaliente de los volcanes jóvenes de la geografía insular. Todo ello convierte a Bandama en la más destacada atalaya paisajística y de tradición turística del nordeste insular; un lugar clave descrito por todos los viajeros y científicos desde los inicios del siglo XIX, imprescindible para entender y apreciar la Naturaleza y la Cultura de Gran Canaria.

La Caldera de Bandama y su entorno más próximo, (una superficie de 325,7 hectáreas), posee la clasificación de Monumento Natural de Bandama, un espacio natural protegido dentro de la Red Canaria de Espacios Naturales Protegidos, y en sus Normas de Conservación se recoge la necesidad de establecer un Centro de Acogida de Visitantes en el Caserío de Bandama, así como la necesidad de realizar acciones de información y divulgación.