El Sureste de Gran Canaria cuenta con 945 hectáreas de cultivo, pero el 26% de ellas (247 hectáreas) se encuentran en situación de abandono ante el declive del tomate de exportación. Ante esta situación, los técnicos de la Mancomunidad han elaborado un anteproyecto para la retirada de los invernaderos en el olvido y lo han presentado este miércoles por los tres ayuntamientos de la comarca al consejero de Sector Primario y Soberanía Alimentaria del Cabildo de Gran Canaria, Miguel Hidalgo.

Para la Mancomunidad se trata de un problema que afecta no solo a los tres municipios sino a toda la isla de Gran Canaria, por el impacto paisajístico y la imagen que se proyecta al visitante.

Y es que el 95% de los invernaderos abandonados se encuentran en el área de servidumbre aeronáutica y son fácilmente visibles desde el aire en el momento del aterrizaje de los aviones al aeropuerto de Gando, generando una pésima primera impresión a los turistas que llegan a Gran Canaria.

Pero el problema no es solo turística sino también medioambiental. Estas instalaciones agrícolas en estado de abandono acaban convirtiéndose en punto de vertido de residuos agrarios, albergando bajo la propia estructura de los invernaderos alambres, mallas y restos vegetales, cuya acumulación favorece la propagación de plagas, como la Tuta Absoluta o polilla del tomate. Se trata también, por tanto, de un grave problema de sanidad ambiental.

Los tres ayuntamientos del Sureste piden de esta manera la colaboración del Cabildo de Gran Canaria para la retirada de los invernaderos. El objetivo no es solo recuperar el paisaje sino también elaborar estrategias para que estas superficies de cultivo vuelvan a estar disponibles para la actividad agrícola y ganadera. Se pretende que el plan, que está dando aún sus primeros pasos, sirva para fomentar nuevos proyectos que creen empleo y revaloricen el sector primario de Gran Canaria.