El obispo de la Diócesis de Canarias, José Mazuelos, destacó ayer el incansable trabajo del venerable Antonio Vicente González y su entrega a las víctimas de la epidemia de cólera que a mediados del siglo XIX azotó Gran Canaria, una implicación que provocó que se contagiase y falleciese en 1851 con tan solo 34 años. Nacido en Agüimes en 1817, el Siervo de Dios Antonio Vicente González fue declarado venerable por el papa Francisco el pasado martes, dando así un paso más en el camino a la beatifiación, el último escalón antes de ser canonizado.
Este sacerdote, primer párroco de la iglesia de Santo Domingo de Guzmán de Vegueta, destacó por su labor para paliar el hambre, ya que creó el primer centro de caridad para acoger a pobres y enfermos donde repartía comida y ropa que costeaba con sus ingresos, y por su cercanía con los enfermos que sufrieron las consecuencias de la epidemia de cólera, a quienes visitaba para aliviar su dolor. Esta cercanía con la comunidad le dio fama de santidad entre sus feligreses.
En una rueda de prensa celebrada ayer en la parroquia de Santo Domingo de Guzmán, la Diócesis de Canarias celebró la declaración de venerable de la figura de Antonio Vicente González “porque se valora universalmente a un hijo de Gran Canaria, a un hombre con actitudes heroicas”, remarcó el obispo Mazuelos, quien confía en que se reconozca el milagro para lograr su beatificación.
Una comisión médica estudiará si una curación puede considerarse un milagro
El milagro que se atribuye al párroco agüimense es la curación sin explicación médica de un paciente aquejado de aneurisma en cuarto grado, que llevaba dos meses en coma y al que presuntamente el venerado salvó la vida, al quedar totalmente sano.
El delegado episcopal para la Causa de los Santos, Higinio Sánchez, explicó ayer que El Vaticano ya dispone de toda la documentación de esta gracia especial y que será ahora una comisión médica la que estudie si esa gracia puede adquirir la característica de milagro. “Se adjunta documentación médica del antes y el después de la curación, además de la declaración de las personas que de manera especial se encomendaron al Siervo de Dios Antonio Vicente González”, señaló Sánchez, “la impresión que tenemos es que cumple con todos los requisitos canónicos necesarios “. “Tenemos esperanza de que sea válida para que en su momento pueda ser declarado beato”, añadió.
Durante el acto, José Mazuelos reflexionó sobre las acciones del venerable Antonio Vicente González. La atención personalizada que el sacerdote brindaba a los enfermos “nos hace ver que en él tenía valor la vida y la persona; no tenía miedo a contagiarse”. “A mí se me viene a la mente cómo e ste venerable sacerdote atendió su mano para paliar el hambre y atendió a enfermos para encontrar alivio aún sabiendo que estaban a las puertas de la muerte”.
El obispo llama a unir fuerzas para sobrellevar la crisis económica presente y futura
Por último, aludiendo al espíritu del venerable Antonio Vicente González, el obispo de Canarias animó a la sociedad a “ponerse las pilas” ante la grave crisis económica que atraviesa el país y la que viene por delante. “Tenemos que poner nuestro granito de arena y trabajar todos a una para hacer esta crisis más llevadera”, dijo. Mazuelos recordó la figura del párroco Juan Artiles, promotor del proceso para honrar al venerable.
