La limpieza del aire y la nieve del Teide dejó ayer una imagen espectacular desde el norte y noroeste de Gran Canaria, desde donde se podía apreciar con claridad la majestuosidad del pico más alto del Archipiélago y del país nevado -como la que inmortalizó Nacho González desde Cardones por la mañana, con el Teide alineado con el Pico de Ajódar-. Una semana después de las primeras nevadas provocadas por la borrasca Filomena, el Teide, a 112 kilómetros, continúa teñido de blanco y todo el que lo tiene a la vista lo agradece. En Gran Canaria, mientras, ha dejado una resaca de color verde y con algunas presas llenas.