La irrupción de la enfermedad del mildiu, producida por hongos oomycetos, amenaza con arruinar el 30 por ciento de la producción tomatera de La Aldea, lo que supone según los cálculos de la cooperativa Coagrisan la pérdida de cuatro millones de kilos.
Según explica el técnico agrícola de la misma firma, Marcelo Rodríguez, la infestación se ha producido tras las fuertes lluvias recibidas desde mitad del pasado mes de diciembre, que han disparado la humedad del aire en torno a un 80 al 90 por ciento y han reducido las temperaturas entre los 10 y los 18 grados centígrados, lo que supone el mejor caldo de cultivo para este hongo que afecta ya a 30 fanegadas de cultivos.
De momento se han tenido que tirar 1.200.000 kilos de producto, y se prevén perder desde estas fechas hasta el mes de mayo no menos de otros 2.700.000 kilos que no se van producir por la muerte de las plantas.
Según señala la misma fuente, para luchar contra otras plagas, como la del virus de la cuchara, se protegieron los cultivos con mallas más tupidas para que no entraran y poder seguir cultivando, “pero lo que perjudica a la primera beneficia a la segunda, ya que al no tener tanta ventilación se mantiene la humedad y los hongos proliferan”.
Sus efectos son tan rápidos como inmediata su propagación, ya que las esporas cuando se posan en hojas y frutos quedan negros “como si echaran aceite de un coche por encima, de forma que por la tarde se cierra el invernadero con los cultivos verdes y por la mañana amanecen totalmente negros y quemados”.
El quebranto económico es doble, porque como informa la publicación digital Agroaldea la compañía Agroseguro deniega cualquier tipo de ayuda dado “que no está contemplada en los condicionados de la contratación del mismo”.
Por estos motivos, y según la misma página, el presidente de la cooperativa Coagrisan, Juan José del Pino, se ha dirigido a la dirección de Agroseguro, así como a la consejería de Agricultura del Gobierno de Canarias, para intentar encontrar una solución a lo que podría convertirse en una “ruina” y la pérdida de ingresos para muchas familias del municipio.
Y es que en el conjunto de la localidad se encuentran en explotación 107 hectáreas, lo que moviliza a medio millar de personas sobre el terreno, más otras 150 en las labores de empaquetado y a medio centenar de transportistas, lo que supone que el 50 por ciento de la población que trabaja en La Aldea lo hace en el tomate.
Con la miel en los labios
Por su parte, Rodríguez asevera que la enfermedad del mildiu solo surge de vez en cuando, “pero cuando pega te tambalea” en alusión a su voracidad y a que Agroseguro no contempla “este tipo de catástrofes”, para añadir que esta afección se produce justo en una pandemia que ya de por sí ha ido dificultando la producción, con los precios tumbados en el mes de noviembre.
Curiosamente con las heladas de la península y Marruecos, que también recibió su nevada en el Sáhara, los precios del tomate de la isla iban cogiendo tono, a lo que se añadía la buena temporada de lluvias, con lo cual la entrada del hongo en los cultivos “nos ha dejado definitivamente con la miel en los labios”.
