Un consorcio de empresas liderado por la compañía noruega Fred Olsen Renovables probará en la costa de Gran Canaria un prototipo de planta de energía solar fotovoltaica flotante, aprovechando el campo marino de ensayos de la Plataforma Oceánica de Canarias (Plocan).

Según ha informado este consorcio científico público en un comunicado, se trata de una prueba realizada dentro del proyecto europeo Boost, cuyo nombre responde a las siglas en inglés de la expresión "Traer el sol de las aguas oceánicas al mercado global".

Con un presupuesto de cuatro millones de euros, el proyecto está liderado por Fred Olsen Renovables, con la colaboración de cuatro socios más: Ocean Sun (Noruega), Innosea (Francia), el Instituto Tecnológico de Canarias (ITC) y la propia Plocan.

La energía solar fotovoltaica es en este momento la tecnología energética de más rápido crecimiento del mundo, con un mercado global anual que superó por primera vez en 2018 el nivel de 100 Gigavatios (GW) y una capacidad acumulada de 583,5 GW en 2019.

Las plantas solares deben instalarse cerca de los centros de demanda para producir grandes cantidades de energía y evitar mayores costes de transporte de energía, pero generalmente hay dificultades para localizar grandes superficies donde situar estas plantas cerca de las áreas con gran densidad de población.

"Esto es especialmente problemático en Europa, que tiene, con mucha diferencia, el tamaño medio de planta solar fotovoltaica más pequeño del mundo y las plantas fotovoltaicas flotantes han abierto nuevas oportunidades para afrontar estas restricciones territoriales y en la actualidad este mercado se concentra en embalses y lagos", señala Plocan, en un comunicado.

Las plantas fotovoltaicas flotantes marinas aún se encuentran en una etapa incipiente debido a los desafíos adicionales que comportan las condiciones del mar abierto: las olas y los vientos son más fuertes, lo que implica que la capacidad de amarre, fondeo y carga dinámica se vuelve aún más crítica debido a la mayor frecuencia de altas cargas de olas y viento.

El proyecto Boost abordará estos desafíos con un nuevo sistema de planta fotovoltaica flotante inspirado en parte en la tecnología de flotación y amarre que se ha utilizado durante 20 años en aguas de Noruega por la industria de la piscicultura.

La validación de esta tecnología en aguas marinas no abrigadas permitiría alcanzar una capacidad instalada de 1.750 megavatios en cinco años, contribuyendo a evitar una emisión de CO2 de 4,12 millones de toneladas, detalla Plocan.