Una plaga de mosquitos de las marismas ha tomado los barrios de la zona turística de San Bartolomé de Tirajana tras las lluvias de enero. La acumulación de charcos en los barrancos y los días de calor posteriores han propiciado la proliferación de estos insectos; hasta tal punto de que el Centro de Salud de Maspalomas ha llegado a atender a alrededor de un centenar de casos con picaduras en solo una jornada. El Ayuntamiento sureño ya ha iniciado los trabajos para combatirlos, aunque los técnicos prevén que esta situación se alargue toda la semana.

Esta no es la primera plaga de mosquitos que Maspalomas soporta en el último año, pero en esta ocasión la incidencia está siendo mayor que la del episodio ocurrido a finales del pasado verano. “Los informes técnicos indican que la situación se ha agravado tras las lluvias de enero”, señala Clara Martel, concejala de Salud Ambiental del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana. “Ha habido un cóctel de condiciones, primero se formaron charcos en los barrancos y con el calor de la última semana el número de estos insectos se ha disparado por todos lados”, precisa.

Mientras en otras ocasiones la plaga se veía reducida al ámbito de la charca de Maspalomas y el parque Tony Gallardo, esta vez la situación se ha extendido a otros barrios del municipio. Vecinos y visitantes de zonas como Sonneland, Bellavista o San Agustín han tenido que sufrir las picaduras de estos insectos desde la semana pasada. “Está siendo una invasión”, resalta la concejala. Farmacias como la de Juan Ignacio Díaz en San Fernando aseguran haber atendido desde el jueves a más de 150 personas por este motivo.

Los mosquitos de marisma toman el Sur tras las lluvias de enero

Técnicos de la empresa Anviana Sanidad Ambiental comenzaron el pasado viernes a trabajar en las tareas de desinfección en distintas zonas del municipio. “Se han dado las condiciones perfectas [humedad y calor] para que los mosquitos puedan procrear”, explica el técnico César García. En el entorno de la Charca y del parque Tony Gallardo están utilizando un tratamiento ecológico para no dañar a la flora y fauna de este paraje natural. Este método biológico consiste en introducir la bacteria Bacillus thuringiensis en el hábitat de las larvas de los mosquitos impidiendo así su desarrollo. García explica que la fase de crecimiento de este insecto dura entre siete y diez días, intervalo que coincide con el tiempo transcurrido entre los días de lluvia y los más soleados.

La proliferación de estos mosquitos en zonas más urbanas o con especies no protegidas como el cañaveral ha permitido que los técnicos añadan a las tareas de desinfección un “tratamiento de choque, más agresivo, sobre ejemplares adultos”, según detalla García. “Estamos actuando en puntos críticos para atajar este problema, principalmente en el canal del barranco de Maspalomas, además de en otros cauces y sus aledaños”, resalta. Este lunes fumigaron en las inmediaciones del parque Sur y también en San Agustín.

Una farmacia del Sur atiende a más de 150 personas con picaduras desde el jueves

Este problema se alargará durante toda la semana, según los técnicos. “Estamos en el pico de la plaga y posiblemente hasta el 10 de febrero no veremos una mejoría notable, por ser el tiempo que tardan en desarrollarse las larvas”, explica García, quien además precisa que de llover en los próximos días podría “agravarse” la situación al crecer los charcos.

Los mosquitos de marisma toman el Sur tras las lluvias de enero

Las picaduras del mosquito de marisma -Aedes Caspius- se caracterizan por ser dolorosas y provocar hinchazón en la zona del cuerpo afectada. Solo en el Centro de Salud de Maspalomas registraron el sábado un centenar de pacientes con heridas provocadas por este insecto. Mientras, al de El Calero -en Telde- acudieron el pasado viernes 20 personas por este mismo motivo y en una farmacia del Cruce de Sardina reportaron este lunes “unos 60 casos”.