La comunidad marroquí de San Bartolomé de Tirajana se ha concentrado en la mañana de este miércoles, 3 de febrero, a las puertas del Ayuntamiento del municipio del sur de Gran Canaria para mostrar su dolor por los actos de vandalismo realizados por migrantes y piden que "no se generalice a todo el pueblo marroquí por la acción de unos pocos".

Houcine Oubal, nacido en Marruecos, llegó a la isla de Gran Canaria en 1973, hace ya 48 años, cuando solo era un adolescente y aquí fue un hijo joven hasta que llegó a adulto y le tocó ser padre. Ahora es abuelo. Cuatro generaciones de su familia han crecido en medio de una coexistencia pacífica junto a los canarios durante casi medio siglo, isleños a los cuales él llama “hermanos” y con los que siempre ha convivido en paz y armonía, sin enfrentamientos. Una relación de amistad y entendimiento que dista demasiado de los actos violentos protagonizados en las últimas semanas por algunas personas migrantes tanto en el Sur como en la capital y que en nada definen a su comunidad. “Nos duele el doble: como canarios y por nuestro origen marroquí”, expresa. El colectivo reclama que no se le estigmatice a partir de informaciones falsas y los bulos que circulan por la red y como consecuencia de los actos de unos pocos.

Junto a más de 150 personas que integran la comunidad marroquí de San Bartolomé de Tirajana, Houcine, conocido entre sus amigos canarios como Chicho, se concentró ayer a las puertas del Ayuntamiento para mostrar el dolor y el rechazo de este colectivo a la violencia ejercida por algunas personas migrantes y también por residentes. “No estamos en contra de la inmigración, porque siempre existirá, pero sí de la violencia; este es nuestro municipio y debemos cuidarlo, la situación nos tiene indignados”, afirmó ayer en declaraciones a los medios de comunicación.

"Los canarios no son para nada racistas"

El representante de la comunidad marroquí en el Sur achacó la situación y la tensión a una política migratoria que deja tirados en la calle y sin medios a los migrantes que son expulsados de los complejos turísticos por su comportamiento. “Los canarios no son para nada racistas; esta gente ha llegado sin pensar en todo lo que le ha brindado la comunidad canaria, como la acogida y el alojamiento, y salen a la calle a comportarse mal”, dijo, “no estamos de acuerdo con esas actitudes, estamos muy dolidos”.

Houcine Oubal defendió la expulsión de aquellas personas que manifiesten un comportamiento inadecuado. “Los han dejado tirados en las calles sin control, y eso no se puede permitir”, añadió, al tiempo que lamentó que las familias marroquíes residentes en San Bartolomé de Tirajana tienen miedo de salir a la calle. “Hasta yo tengo miedo si de repente me salen cuatro personas violentas”, aseveró, “la comunidad marroquí lleva 60 años colaborando en la construcción de este municipio y no vamos a permitir que las personas violentas lleguen ahora a crear esta situación”.

Numerosos asistentes a la concentración portaron pancartas donde podían leerse consignas como “no juzguez a Fátima ni Mohamed por un bulo que viste en la red”, “no a la hostilidad, la discriminación o la violencia, sí a la paz y la convivencia”, “basta ya, no juzgues a justos por pecadores” o “no a la violencia, el que la haga que se enfrente a la justicia”.