Como estaba previsto, Canarias recibió ayer la llegada de una profunda vaguada atlántica cargada de agua, viento, rayos y nieve. El frío y la lluvia colmaron todos los rincones del Archipiélago que hacía una escasas horas disfrutaba de intensos claros azules y unas temperaturas ligeramente superiores a lo normal. El temporal de frío que entró ayer y se quedará hasta el sábado, ha bajado las temperaturas en todas las Islas de manera abrupta devolviendo por segunda vez en un año a Canarias su invierno “normal”, similar al que se podía disfrutar de manera habitual hace tres décadas.

“Hay que remontarse a 2009 para encontrar un enero más frío que el que hemos vivido este año, con el paso de Filomena”, insiste Víctor Quintero, director provincial de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Santa Cruz de Tenerife, y, como señala, las temperaturas que se están marcando este febrero también podrían marcar un récord. “Aún hay que hacer más estudios, pero es cierto que el febrero más frío de los últimos años fue en 2019, pero en ese caso, enero tuvo unas temperaturas por encima de la media”, señala. Lo que se está viviendo, tanto con Filomena como con esta nueva vaguada, es una situación “normal” para Canarias que en los últimos años ha dejado de serlo debido a la influencia del cambio climático. La tendencia es visible y clara en el Archipiélago.

Hay que remontarse a enero de 2009 para un encontrar un enero más frío

“En el intervalo entre 1981 y 1994 todos los eneros registraron temperaturas por debajo del valor medio actual”, indica Quintero, que explica que a finales de los 90 y principios de los 2000, los años cálidos y los fríos se iban turnando indiscriminadamente. “A partir de 2010, todos los comienzos de año han sido más cálidos de lo normal”, destaca el experto, que recuerda que ha habido varios años anómalos en la última década, donde en lugar de nevar durante el invierno, la bajada de temperaturas ha llegado más bien en primavera.

La borrasca atlántica que empezó a afectar ayer a Canarias llevaba varios días sobrevolando el nordeste de Estados Unidos, donde dejó copiosas nevadas. La borrasca ha sido allí muy intensa, lo que produjo una liberación importante de calor hacia la atmósfera. Esto a su vez motivó que se produjera un “impresionante viento divergente que ha perturbado el chorro polar, ondulándolo y desplazándolo hacia el norte”, señaló el físico Juan Jesús González Alemán. Esa circunstancia es la que ha provocado que la corriente coja impulso y se coloque en posición meridional, perfecta para impactar de lleno en el Archipiélago.

Ni en coche, ni a pie

En cualquier caso, este fin de semana no se repetirán las imágenes de largas colas de vehículos intentando acceder a las cumbres de Tenerife. Los días de descanso los accesos al Teide permanecerán cerrados por la TF-24, la Tf-21 y la TF-523 hasta el lunes. La única que se ha quedado abierta es la carretera de acceso desde Chío hasta el teleférico, no obstante, como señaló el Cabildo insular, es muy probable que también clausure durante el día de hoy, pues depende de cómo se encuentre la zona.

A partir de 2010 todos los inicios de año han sido más cálidos de lo normal

Esto supone que, por el momento, los tinerfeños se quedarán sin su fin de semana de novelería para tirarse en una tabla de bodyboard por una pendiente helada o hacer peleas de bolas de nieve. El Cabildo, además, ha cerrado el tráfico a determinados tramos de la red de pistas forestales para que tampoco sea posible acudir a la cumbre a pie.