Unas cien personas de diferentes cuerpos de seguridad y técnicos garantizaron la seguridad ciudadana en la zona de cumbre durante la alerta por nieve de este fin de semana, que aunque requirió de los servicios de emergencias se saldó sin incidentes graves.

El jefe de emergencias de Gran Canaria, Federico Grillo, ha indicado en una rueda de prensa, que la alerta por nevada se activó el jueves ante el aviso por temporal de lluvia, viento, granizo y nieve en cota 1.400 metros.

En el dispositivo intervinieron grupos de seguridad, de la Guardia Civil de tráfico y seguridad ciudadana, policía local de varios ayuntamientos, agentes del Cabildo de Gran Canaria y técnicos de Medio Ambiente, efectivos Presa, del Consorcio de Gran Canaria, Protección Civil, grupo sanitarios de Cruz Roja, de restablecimiento de servicios esenciales y Vías y Obras, así como grupos de coordinación del Cecopin, Consorcio, Puesto de Mando Avanzado, entre otros.

Los incidentes registrados en los últimos días han estado principalmente relacionados con accidentes en las vías, con un centenar de coches atrapados por la nieve y una salida de vía de un vehículo en el que circulaban dos personas y un menor.

Los equipos también han intervenido para evitar embotellamientos, hipotermias leves y golpes fruto de torceduras o caídas por las placas de hielo.

También se tuvo que atender a conductores de coches a los que el vehículo no les arrancaba por falta de batería, entre otros incidentes leves.

Grillo ha señalado que el principal problema es que se producen aglomeraciones de vehículos y embotellamiento, lo que puede suponer un problema grave al conllevar que las personas pasen varias horas en sus coches.

“La mayoría de las personas que acceden a la cumbre lo hacen mal equipados, con ropa inadecuada para la nieve y sin una previsión de avituallamiento, por ejemplo”, ha dicho Grillo.

Estar en el interior de un coche en una nevada es también peligroso, ya que “en el interior de un coche en determinadas situaciones es igual o peor que estar a la intemperie”.

La gente debe ser consciente de que “no es una hora de circulación, nieve y vuelta, sino que puede llevarle 2 o 3 horas llegar y otras 2 o 3 horas regresar por embotellamientos en la vía” y por ello deben estar preparados.

En los puntos de corte se registraron cientos de coches, en una zona con una capacidad de acogida que “no es alta, no llega a 1.000 vehículos”, por lo que se corre el riesgo de "quedarnos atrapados en la nieve, saliéndonos de vía o teniendo incluso un accidente en ladera", o que el mal aparcamiento en los márgenes bloquee alguna salida y cause embotellamientos, entre otros.

La nieve es “un fenómeno atractivo para la población”, así que hay que llegar a un punto intermedio “entre el disfrute y el ocio y la seguridad”, ha indicado el director de Emergencias insular.

Como ha detallado hay varias fases en la alerta por nieve, con una prealerta que sirve para organizar un sistema y blindar los accesos en la cota antes de que empiece a nevar, como fue posible en esta ocasión, de forma que con los primeros copos ya esté todo cerrado.

Posteriormente hay una fase considerada “crítica” en la que la naturaleza “toma el control” con un “temporal desapacible de lluvia, viento, granizo y nieve en la que no hay disfrute en la que hay que cerrar el paso por alto riesgo de incidente”.

En la fase crítica “no se disfruta, la prohibición de subir es porque las condiciones son malas”, ha subrayado.

Tras este periodo y con la estabilización del temporal, se puede proceder a un “sistema que relaje un poco el acceso rodado a personas hasta ciertos puntos, y el acceso a pie desde ellos” con los efectivos en la zona y patrullas.

Este fin de semana “trabajamos en la preemergencia para adelantarnos a la nevada”, y los incidentes se generaron “el viernes por la noche, con una nevada fuera de previsión que provocó atascos y coches que hubo que sacar de la nieve por atrapamiento tras el paso del quitanieves”.

Ahora mismo, ha informado, “la situación es normal en la cumbre” y la alerta ha sido desactivada en la madrugada del domingo al lunes.

La consejera de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria, Inés Jiménez, ha destacado que se trata de “una cuestión de civismo” en la que la “comunicación es clave”.

En emergencias en el Cabildo “se trabaja también desde la perspectiva de la comunicación”, con planes de emergencia para “la seguridad de las personas y el trabajo de las personas al cuidado de la isla”.