Vecinos del barrio medianero de Fataga, en el municipio de San Bartolomé de Tirajana, denuncian el trapicheo de drogas que desde hace años tienen que soportar en las calles de este pequeño e icónico pueblo y que está poniendo en jaque la seguridad de sus residentes y visitantes. Los denunciantes confiesan que en ocasiones viven con el miedo en el cuerpo, evitan salir a la calle y algunos incluso están tomando medidas para evitar robos. Y es que, aseguran, en el pueblo han sufrido varios hurtos y hace un mes varias viviendas aparecieron con pintadas en sus fachadas, marcas que aún se mantienen y que ellos interpretan como una señal para “planear futuros golpes”. Esta circunstancia está afectando además a los negocios de la zona. Prefieren mantener el anonimato para garantizar su seguridad y evitar represalias. Desde la asociación de vecinos creen que la percepción de los denunciantes es exagerada.

La situación en la zona es tal que no solo pueden observar cómo se vende la droga, sino que los vecinos además son testigos diariamente de cómo las personas implicadas, un grupo que no llega a una decena de miembros de entre 30 y 45 años, las consumen a plena luz del día.

Este tráfico de sustancias no solo se lleva por delante la tranquilidad de un pueblo cuyo movimiento llega por las decenas de turistas que lo visitan, en circunstancias normales, en su camino a la Cumbre, sino que además ocasiona que haya un elevado número de personas que se acercan hasta el barrio para comprar la droga. “Muchos tienen un perfil bastante discreto, pero otros no tanto”, explica uno de los vecinos.

El trapicheo de sustancias afecta a los negocios de la zona, tocados por la crisis sanitaria

Los denunciantes han puesto en conocimiento tanto del Ayuntamiento como de la Policía Local estos hechos, pero como respuesta solo reciben, sostienen, que la plantilla cuenta con poco personal, aunque han acudido en ocasiones. Y es que el cuerpo de la policía municipal de San Bartolomé de Tirajana está al 50% a la espera de la convocatoria de plazas para cubrir las bajas. “Desde el Ayuntamiento nos entienden, pero luego nada; no es dejadez política, simplemente no hay actuaciones concretas y no se aprietan las clavijas como se deben apretar”, dice uno de los denunciantes, “y el sentimiento de inseguridad es generalizado en el pueblo, la gente está harta”.

El tráfico de drogas que denuncian los vecinos afecta también a los pocos negocios de hostelería que hay en el pueblo porque, apuntan los denunciantes, cuando los consumidores están bajo los efectos de las drogas terminan provocando altercados con gran agresividad y que espantan a los clientes y vacían los locales. Y todo ello en un contexto en que la hostelería vive sus horas más bajas por las restricciones sanitarias para frenar la Covid-19.

La preocupación de los vecinos con esta situación y con los robos va en aumento porque, dicen, hace aproximadamente un mes comenzaron a aparecer en el pueblo varias casas pintadas con un spray negro. Se da la circunstancia de que son viviendas donde no reside gente habitualmente, según explican, sino que son segundas residencias para el fin de semana o períodos de vacaciones. Los vecinos temen que esas marcas, que todavía se mantienen, sean las señales que unos delincuentes dejan a otros para avisar de que la vivienda es susceptible para “planear futuros golpes”. Dejan claro siempre que el tráfico de drogas y los robos los están provocando personas que viven en el entorno de Fataga.

Preguntado por la falta de seguridad y el tráfico de drogas, el Ayuntamiento espera programar una actuación policial con el recién recuperado Grupo Operativo de Apoyo de la Policía Local, que incorpora además a la policía canina.

Desde la Junta Directiva de la Asociación de vecinos Arteara de Fataga afirman que se trata "de hechos aislados, tales como las pintadas las cuales condenamos enérgicamente,q son debidas algún acto vandálico juvenil". Además aseguran que, con respecto al tráfico de drogas, "no se ve gente consumiendo en sus calles" y reclaman "mayor presencia policial pues esta ha desaparecido en los últimos años ante la escasez de efectivos del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana". Concluyen que "Fataga es un lugar idílico para vivir el cual invitamos a todos las personas a visitarnos y conocer este pintoresco pueblo, comiendo en uno de sus fabulosos restaurantes, visitando sus callejuelas, viendo sus artesanías, tiendas.... "