La Agencia Estatal de Meteorología ha activado el aviso amarillo en todo el archipiélago canario por la intrusión de calima, con la consiguiente reducción de visibilidad a 3.000 metros, “y que de forma ocasional podría bajar a 1.500 metros” en las vertientes este y sur de las islas.

Este polvo en suspensión viaja desde el continente africano sobre unos vientos fuertes que se harán notar sobre todo en la primera mitad del día procedente del este y sureste, y que se hará presente con rachas muy fuertes en las costas orientadas al oeste así como en el interior de las islas de la provincia de Las Palmas. Por este mismo motivo se activan los correspondientes avisos amarillo en el norte de Gran Canaria, así como en el nordeste de Tenerife y en el oeste y norte de La Gomera y El Hierro. Además las temperaturas máximas experimentarán un descenso en el interior.

La gran calima de 2020 cumple un año con otra entrega de polvo en suspensión

La densidad del polvo en suspensión según la agencia estatal será en principio de hasta unos 100 microgramos de partículas PM10 por metro cúbico de aire, en una sucesión de entregas que durará de tres a cuatro días por una situación que está provocada por un anticiclón desplazado hacia el este, sobre la plataforma continental.

Así, para mañana miércoles, la Aemet espera que se repita el mismo cuadro de hoy martes, de nuevo con mucho polvo en suspensión, con temperaturas en ligero descenso y unos vientos que irán remitiendo a lo largo del día, pero con probables rachas muy fuertes a primeras horas al oeste de Fuerteventura, el oeste y noroeste de Gran Canaria y en el nordeste de Tenerife.

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Oleaje en Gran Canaria (15/02/2021) Juan Carlos Castro

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Calima en Gran Canaria (15/02/2021) Juan Carlos Castro

El fin del episodio llega con un sistema de bajas presiones que se formaría entre la península y Canarias y si bien la Aemet subraya la importante incertidumbre por el largo plazo del pronóstico, espera que traiga inestabilidad, “con nubosidad abundante y precipitaciones acompañadas de tormentas ocasionales, que de nuevo podrían ser localmente fuertes y persistentes en el norte y oeste ”.

La que se espera sea la primera entrada de clima relevante de 2021 lo hace en menos de una semana de cumplirse un año de la de 2020, considerada una de las más densas de los últimos 40 años. El episodio comenzaba con el anuncio del viernes 21 de febrero de la posibilidad de superar los 250 microgramos de partículas PM10 por metro cúbico.

Ese mismo viernes la agencia publicaba un parte especial, después de pintar el archipiélago de amarillo y naranja por avisos de mala mar, vientos y calima, que a partir de ese sábado vientos de hasta 120 kilómetros por hora podrían reducir la visibilidad por debajo de los 1.500 metros de manera local, para añadir que esta situación “se mantendrá en la primera mitad del lunes 24”.

Calima en la playa de Las Canteras (2/2/2021)

Calima en la playa de Las Canteras (2/2/2021)

Superó las expectativas

Pero lo que vino después superaba todas las expectativas. La llegada de polvo se prolongó durante tres días, efectivamente, pero se registraron concentraciones de polvo de superaron en algunos observatorios los 3.600 microgramos de partículas PM10 por metro cúbico de aire, suficientes para paralizar el tráfico aéreo durante dos jornadas, además de obligar a la suspensión de numerosos actos del carnaval durante todo aquél fin de semana.

Al panorama, que también recordaba el Día de Reyes de 2002, en el que el sol apenas se avistaba dando lugar a insólitas imágenes, se le añadía el incendio que sufría el barrio aldeano de Tasarte, avivado por las fortísimas rachas de viento, y en un sucesión de incidencias que incluían el derribo de árboles por toda la geografía insular o el deterioro del mobiliario urbano.

Los datos posteriores arrojaban que unas 61.000 toneladas de material se habían depositado sobre la isla Gran Canaria en ese fin de semana. Todo este cóctel de meteoros se completaba con una extensa retahíla de récords de altas temperaturas a lo largo de la toda la geografía del archipiélago para un invernal mes de febrero cuyo recuerdo perdurará en la memoria colectiva.