El 70% de la población de la Isla está preocupada por el calentamiento global

El estudio demoscópico Percepción sobre el cambio climático de la población de Gran Canaria fue encargado por el Cabildo en el marco del proyecto Mac-Clima para impulsar la adaptación al cambio climático y minimizar sus consecuencias y cuyos resultados, tras la realización de 1.200 entrevistas, fueron presentados ayer por el politólogo Ayoze Corujo en un seminario en línea del Cabildo dedicado a la importancia de las encuestas de opinión pública para definir las políticas medioambientales.

A la presentación de la encuesta del Cabildo se sumó la intervención de la economista Lara Lázaro, que desgranó los principales resultados del estudio Los españoles ante el cambio climático, que elaboró en 2019 el Real Instituto Elcano y en la que más del 80% de las personas encuestadas opinó que España no hace lo suficiente para luchar contra el cambio climático y que casi el 60% de la población estaría dispuesta a pagar más impuestos para combatir las consecuencias del calentamiento global.

El 91% considera que la humanidad abusa y contribuye a la degradación del planeta

En cuanto al resto de aspectos desvelados por el estudio en Gran Canaria, el 41% de las personas encuestadas cree que los territorios insulares, como todo el Archipiélago canario, sufren con mayor intensidad las consecuencias del cambio climático. Algo más de la mitad de los entrevistados, el 54%, también piensa que el turismo satura los recursos.

Más del 40% de los grancanarios, según ese estudio, entiende que la contaminación del medio ambiente de la Isla ha empeorado en la última década, frente al 25 % que considera que ha mejorado un poco, el mismo porcentaje que opina que la situación no ha cambiado.

Consumo

Asimismo, el 78% de la población de la Isla está de acuerdo en que las decisiones personales de consumo influyen en la salud del planeta. En este sentido, el 87% afirmó que lleva sus propias bolsas a la compra y el 86% que usa bombillas de bajo consumo, aunque apenas una de cada diez personas cuenta con placas fotovoltaicas en su vivienda.

El 91% de las personas encuestadas considera que la humanidad abusa gravemente del medio ambiente y contribuye a la degradación del planeta, porcentaje similar a las que consideran que maltratar la naturaleza puede dar lugar a fenómenos desastrosos, en tanto que más del ochenta por ciento insta a las administraciones públicas a adoptar los objetivos climáticos que indique la ciencia.

Los mayores problemas medioambientales globales identificados por la población de Gran Canaria son la escasez de agua, los residuos tóxicos, la gestión de la basura doméstica, el agotamiento de los recursos naturales y la contaminación.

En diez años se ha dejado de percibir el cambio climático como amenaza a largo plazo

El estudio, según explicó el gobierno insular en una nota, incluyó nueve entrevistas a empresarios, activistas, académicos y técnicos de la administración pública de las que se extrajo que el cambio climático ya es palpable en Canarias y la necesidad de que el Archipiélago cuente con protocolos de adaptación y mitigación ajustados a la realidad de cada isla.

Raúl García Brink, coordinador técnico de Desarrollo Económico, Energía, Clima y Conocimiento del Cabildo, resaltó que la encuesta presentada ayer “es quizá el estudio de opinión pública más completo sobre cambio climático realizado hasta la fecha en Gran Canaria” y probablemente en todo el Archipiélago, a pesar de las complicadas condiciones en que se ha realizado por la pandemia.

Al respecto, precisó que ofrece datos específicos de Gran Canaria sobre el grado de concienciación ecológica, nivel de información, impacto a nivel insular y conocimiento de las políticas de lucha contra el cambio climático. “Estamos entrando en una nueva era de preocupación por el calentamiento global que tiene muchas más posibilidades de crecer en el futuro que de retroceder”, comentó García Brink.

Hace una década, apuntó, “la mayor parte de los ciudadanos aceptaba la realidad del cambio climático, pero lo consideraba como una amenaza a largo plazo, pero a día de hoy se ha llegado a un punto de inflexión y se percibe como un problema de aquí y ahora”.