Si hace 366 días, teniendo en cuenta que 2020 fue bisiesto, se hubiera puesto lo que depararía, el futuro muchos no lo creerían. Miles de canarios decoraban con mascaritas las calles de las Islas en la celebración de los Carnavales y el coronavirus,que aunque estaba presente en Canarias (el primer positivo en España fue en La Gomera a finales de enero y otro contagiado obligó a confinar un hotel en Tenerife), todavía no sonaba con tanta fuerza como ahora. Y es que por aquel entonces distaba mucho de convertirse en el compañero de viaje de la vida cotidiana de toda la sociedad global.

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La calima en el Aeropuerto de Gran Canaria La Provincia

En ese entonces, el 23 de febrero de 2020, Canarias, siguiendo la tradición de las carnestolendas, se disfrazó de Marte, al sufrir el mayor episodio de calima datado en las últimas cuatro décadas puso en jaque al Archipiélago.

Así se ve la calima desde el barrio de Arenales

Así se ve la calima desde el barrio de Arenales A. S. C.

Así vivió el aeropuerto de Gran Canaria el episodio de calima

Así vivió el aeropuerto de Gran Canaria el episodio de calima LP / DLP

La calima, desde el espacio

La calima, desde el espacio LP / DLP

El episodio insual de calima y viento fuerte se prolongó durante cuatro días después de haber batido récords históricos de calor tanto de día como de noche, de dejar rachas de viento huracanadas de hasta 163 km/h en zonas del archipiélago y de reducir la visibilidad a unos 450 metros.

Este fenómeno se intensificó en la tarde de este sábado, 22 de febrero, y se recrudeció el domingo, día 23, cuando, según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), soplaron rachas huracanadas de viento en la isla de Tenerife (163 km/h en Izaña, 153 en San Juan de la Rambla, 140 en Arure, 136 en Agulo, 128 en Roque de los Muchachos, 127 en Vallehermoso y 120 en San Cristóbal de La Laguna).

Las islas de La Graciosa, Fuerteventura y Lanzarote fueron las primeras en sufrir el embate de rachas de viento que superaron los 90 kilómetros por hora, pero las mayores incidencias del fin de semana se registraron en Gran Canaria y Tenerife. La tormenta de polvo y viento, con rachas que llegaron a alcanzar en algunos puntos los 160 kilómetros por hora, obligaron a cerrar los siete aeropuertos del Archipiélago debido a la escasa visibilidad, y se cancelaron todos los actos previstos por las fiestas del carnaval.

Incendio en Tasarte

Incendio en Tasarte La Provincia

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Incendio en Tasarte La Provincia

El Gobierno canario calculó que entre 12.000 y 14.000 personas se vieron afectadas por la cancelación de los vuelos debido a las condiciones meteorológicas, que provocó más de 20 conatos en Tenerife y un incendio en Tasarte, Gran Canaria, que afectó a 1.064 hectáreas, de las que algo más de la mitad, 544 hectáreas, están dentro de la Reserva Natural Integral de Inagua, uno de los espacios protegidos de Gran Canaria con mayor número de endemismos.

Tras cuatro días de batalla contra las llamas en condiciones muy duras por la calima y los fuertes vientos, el incendio quedó controlado en la mañana del siguiente miércoles, pero los equipos de extinción del Cabildo siguieron trabajando en el interior de Inagua porque quedaban puntos calientes que fueron totalmente extinguidos el 16 de marzo de 2020.

El peor aire del mundo

Toda la población de las Islas Canarias, más de 2,1 millones de personas, a las que habría que sumar los turistas, se está exponiendo estos días al aire de peor calidad del mundo, muy por encima del que se respira en las megalópolis más contaminadas del planeta. De acuerdo con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cualquier concentración de partículas superior a los 50 microgramos por metro cúbico desaconseja la exposición al aire libre, y lo que se está respirando desde este sábado en Canarias supera con mucho ese umbral, tanto de polvo como de tóxicos. En Gran Canaria se alcanzaron casi los 2.000 microgramos por metro cúbico.

La exposición al polvo del Sáhara aumenta el riesgo de mortalidad en los pacientes que tienen alguna insuficiencia cardíaca, según han comprobado investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y del Hospital Universitario de Canarias (HUC). Un estudio publicado en la revista Journal of Clinical Medicine establece un vínculo entre los episodios de polvo sahariano con una mayor mortalidad intrahospitalaria entre los pacientes con cardiopatías, según informó el CSIC.