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Un 8M en el que debe primar la salud

La magistrada María Auxiliadora Díaz Velázquez cree que la reivindicación debe ser por otros canales

María Auxiliadora Díaz, magistrada del Juzgado de Violencia Sobre la Mujer nº2 de Las Palmas de Gran Canaria. | | JUAN CASTRO

Un 8M en el que debe primar la salud. Así lo entiende la jueza María Auxiliadora Díaz y es que respecto a la manifestación que tiene lugar cada 8 de marzo para reivindicar y conmemorar el Día Internacional de la Mujer, la titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 de Las Palmas de Gran Canaria ha sido clara y es que insiste en que la salud es lo más importante en estos momentos de pandemia, por eso entiende que se deben buscar otros medios para visibilizar la lucha como las concentraciones vía online.

De igual forma, ha recordado que desde su juzgado no se busca “atacar” a los hombres en general, sino aplicar la ley a aquellos que maltratan a mujeres en cualquiera de sus manifestaciones. Pero para ello reconoce que se necesita una formación especializada por parte de todos los operadores jurídicos que lleven este tipo de juzgados y resalta que “no basta con conocer la norma sino saber interpretarla”.

La magistrada también aplaude el anteproyecto de la Ley Orgánica de Garantía de la Libertad Sexual ya que es “un gran avance en el ordenamiento jurídico español porque supone una incorporación del convenio de Estambul al interno”. “La violencia sexual es violencia contra la mujer y de género por el sólo hecho de serlo y que afecta a esta de forma desproporcionada. Basta con mirar los datos en los que nos encontramos con que el 98% de las que se dedican a la prostitución provienen de la trata de seres humanos”, asegura. Por tanto recuerda que la legislación indica que el consentimiento “es básico, libre, expreso y que no genere ningún tipo de duda”.

Juana, en la mente y corazón

Juana siempre está presente en el pensamiento y en el corazón de la magistrada María Auxiliadora Díaz. La lucha inalcanzable por encontrar indicios que permitan culminar con la instrucción del caso que suma ya cuatro años y seis meses ha sido el objetivo de la jueza, pero lo es más encontrarla. El 20 de agosto de 2019 desapareció Juana Ramos de 58 años, en el barrio de La Paterna de la capital grancanaria, un caso que tiene como sospechoso principal a Miguel Ángel R., la expareja de la desparecida, y es que a juicio de la magistrada él sabe qué le pasó y “dónde se encuentra su cuerpo”. Por eso ha continuado con las labores de búsqueda que se retomaron el pasado lunes 22 de febrero y que concluyeron el jueves 25 con vestigios que serán analizados detenidamente, así como las imágenes que tomaron los drones que participaron en el gran dispositivo llevado a cabo en el norte de la Isla por más de 200 efectivos de la Policía y que contó, además, con la colaboración de la Armada y de la Unidad Militar del Ejército.

La magistrada ha sido clara y contundente en que mientras ella sea la titular no cesará en su “empeño” por localizar el cuerpo de Ramos o cualquier indicio “que me permita cerrar el procedimiento”. “No la dejaré de buscar ni a ella ni a cualquier otra mujer” que sea víctima de violencia de género. “No dejaré de investigar y no voy a dejar de lado a una familia, pero, al igual que con ella, intento dar un tratamiento exquisito a todas las que pasan por mi juzgado”, enfatiza la jueza.

“A Juana la tengo aquí y aquí -dice mientras se señala el corazón y la cabeza-. Le dije a su hija que no voy a archivar el caso ni dejaré de buscarla, lo tengo claro”, añade con contundencia a la vez que agradece la colaboración de la Delegación de Gobierno y de la Policía en las cuatro batidas que se han efectuado a lo largo de estos casi cinco años. “Yo todavía tengo la esperanza de terminar la instrucción, de encontrarla”, matiza Díaz.

Hijos e hijas víctimas

Otro tema que le preocupa a María Auxiliadora Díaz es la “poca visibilización” que hay respecto a los hijos e hijas víctimas de violencia de género por lo que, a su juicio, “la sociedad es inmadura” en cuanto a este tema ya que pese a que ha habido un avance en cuanto al tratamiento que se le daba a la mujer en 2003 a comparación con la actualidad, cuando se coteja con la infancia se puede apreciar que “los niños y niñas son invisibles”.

“Todavía seguimos pensando que un maltratador puede ser un buen padre, lo consideramos como algo aislado a la propia violencia y lo será hasta que no seamos conscientes de que los menores pasan a ser víctimas directas por el simple hecho de vivir en un entorno violento que les supone un grave perjuicio desde el punto de vista de su madurez emocional y su personalidad”, explica a la vez que resalta que de no concienciar sobre este maltrato “estaremos creando mujeres sumisas y hombres maltratadores desde la infancia”. “A día de hoy no sabemos cuántos hijos e hijas hay de las mujeres víctimas de violencia sexual”, lamenta la magistrada que no cesa en su lucha de erradicar los diferentes tipo de violencia machista.

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