Una capa de calima se empezó a posar ayer encima de Canarias, dejando a su paso concentraciones dos veces superiores a lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS). De esta manera, el polvo en suspensión depositó una media de 100 microgramos por metro cúbico en la provincia oriental y algo más de 50 microgramos por metro cúbico en la de Santa Cruz de Tenerife. Esta noche, no obstante, será cuando la entrada de polvo sahariano se deje notar más en las Islas. Y lo hará en unas concentraciones que triplicarán los umbrales recomendados para la salud, superando posiblemente los 200 microgramos por metro cúbico.

La capa de aire sahariano, sin embargo, dará un respiro a la población, pues se hospedará en las capas altas de la atmósfera, según indican las predicciones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Aún así, el organismo de vigilancia meteorológica ha decidido activar el aviso amarillo por reducción de visibilidad debido al polvo en suspensión en Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura, donde no se podrá ver bien a más de 3.000 metros. El resto del Archipiélago estará también bajo aviso amarillo, pero esta vez por el fuerte viento dado que soplará en rachas máximas de 75 kilómetros por hora. “No parece que vaya a bajar de los 1.000 metros”, señaló David Suárez, delegado de la Aemet en Canarias, que indicó que es cuando se reduce por debajo de los 500 metros es cuando empieza a reducir la visibilidad. Por ejemplo, en el día de ayer, la calima afectó ligeramente a la visibilidad del aeropuerto de Gran Canaria. Sin embargo, la reducción fue tan ínfima que no se consideró que fuera provocada por la calima. Esta entrada por todo lo alto del polvo en suspensión ha sido favorecida por la configuración sinóptica del anticiclón, un tipo de comportamiento atmosférico que lo sitúa en Europa en lugar de Azores. Esto, a su vez, provoca una situación poco habitual en el que la capa de aire sahariana entra por encima del anticiclón. “Es una situación intermedia entre lo que ocurre en verano –cuando la calima afecta a las capas altas de la atmófera–y lo que sucede en invierno –cuando las intrusiones de calima suelen afectar a las capas más bajas y cercanas a la población–”, explicó Suárez.

El viernes empezará a remitir la calima y, una vez lo haga, dará paso a otro fenómeno que ya se está gestando en medio del Atlántico. Cerca de nuestro entorno, una ciclogénesis generada en una zona de bajas presiones muestra visos de unirse a una vaguada que llega desde el oeste, lo que podría dejar para el fin de semana lluvias débiles en el norte de las islas. “No parece potente, pero no descartamos que pueda haber alguna tormenta”, señaló el delegado. Respecto a la Semana Santa la previsión meteorológica es más incierta. “Es posible que soplen los alisios y tengamos más nubosidad en el norte y sol en el sur”, afirmó Suárez. Sin embargo, todo depende de dónde se ubique finalmente el anticiclón y eso no está tan claro. “También podría haber todos los días una baja probabilidad de lluvia”, explicó. Será entonces el paso de los días lo que permita constatar qué tiempo hará durante el periodo festivo.